Protestas de los funcionarios

"Somos el muñeco de feria al que hay que disparar"

Los funcionarios aragoneses coinciden en que están en el "punto de mira" del Gobierno y de la sociedad.

Manifestación en Zaragoza contra de los ajustes del Gobierno
Cacerolada en Zaragoza contra los ajustes de Rajoy
ALICIA ABRIL

Mariano Rajoy anunció el pasado miércoles la eliminación de la paga extra de Navidad de los funcionarios, la reducción del número de los días conocidos como 'moscosos' y la ampliación de su jornada laboral. Estas medidas, sumadas a la reducción salarial de entre el 5 y el 15% de 2010, y las sucesivas congelaciones de 2011 y 2012, han encendido los ánimos en el sector público.


"Siempre lo pagamos los mismos cuando no tenemos culpa de nada", lamenta un profesor del colegio Fernández Lizarra de Monzalbarba. "Lo único que vemos son recortes, somos el muñeco de feria al que hay que disparar", añade Juan José García, Guardia Civil desde hace 20 años.


La noticia provocó reacciones inmediatas en el sector afectado y esa misma tarde cientos de personas se echaron a la calle en actos improvisados acompañados de cacerolas y silbatos.


A lo largo de la mañana del viernes se sucederán múltiples concentraciones en varios puntos de la ciudad en apoyo a los funcionarios y en protesta a las nuevas medidas del Gobierno.


Las personas que trabajan para las administraciones públicas han perdido un 8.7% de capacidad adquisitiva en los últimos años y esta decisión supone, según señalan desde CC. OO., sindicato promotor de las concentraciones, una pérdida adicional de entre el 6.2 y el 7.1%.


El 70% de los funcionarios son mileuristas

"Actualmente cobro menos que en 2007, y con la supresión de la paga extra ganaré menos que en 2006", concreta Evangelio Navarro, técnico de laboratorio del hospital Miguel Servet de Zaragoza. Para este técnico superior sanitario, cuyo sueldo neto ronda los 1.400 euros al mes, resulta vergonzoso que el salario base de un médico, tras doce años de estudios y responsable de la salud de las personas, sea de 16.000 euros anuales: "Y este año aún cobrarán 2.400 euros menos", añade sorprendido.


El profesor de Monzalbarba recuerda que el 70% de los funcionarios son mileuristas, y que ellos también se verán afectados por estos nuevos ajustes. "No puedo entender cómo hay gente que se alegra de los recortes a los funcionarios cuando la mayor parte tenemos sueldos que oscilan entre los 1000 y los 1300 euros", protesta J. G.


"Cuando voy a la Administración, no veo a gente durmiendo la siesta"

José Carlos Pardillos, auxiliar administrativo de la DGA con más de 20 años de antigüedad y con un sueldo de 1.285 euros asegura: "Los medios de comunicación y los políticos nos han usado como carnaza y por eso la gente se regocija de nuestros males".


Los trabajadores públicos insisten en que cuando se habla de funcionarios, se habla de profesores, de médicos, de enfermeros, de celadores, de auxiliares administrativos..., "La gente tiene un concepto muy equivocado de la labor pública, se piensa que el funcionario es el de Larra, el de 'vuelva usted mañana' y eso no es verdad, somos los pilares de la sociedad y del bienestar", explica el Guardia Civil. Pardillos insiste: "Cuando voy a la Administración no veo a gente durmiendo la siesta. Hay muchos tópicos erróneos".


Todos los funcionarios coinciden en que están en "el punto de mira" del Gobierno y de la sociedad y opinan que existe una campaña de desacreditación contra ellos. "No cobramos más que el resto -insiste Evangelio Navarro- lo único que en un momento de nuestra vida optamos por estabilidad y opositamos. Hace unos años, cuando la situación era boyante, mucha gente prefería cobrar 3.000 euros en una empresa privada".


"Afectará a la sociedad"

Por otro lado, los afectados por el nuevo recorte insisten en que esta medida afectará también al resto de la sociedad: "Seremos casi 3 millones de personas en toda España con menos poder adquisitivo y consumiremos menos", especifica J. G.


"El precio de mi hipoteca no me lo van a bajar, ni los libros de mi hija, ni el comedor, ni la luz, así que gastaré menos en otras cosas y repercutirá en el tendero de debajo de mi casa", expone el auxiliar administrativo.


Alberto Juan, empleado del Ayuntamiento de Zaragoza, se teme además medidas más drásticas: "El aumento de la jornada laboral es una manera de formalizar los despidos que están por venir". Además añade: "Hemos sido el blanco de todos los recortes y lo seguiremos siendo, porque es fácil meternos mano, porque no podemos negociar" zanja el trabajador de la administración local.