Dista a solo 12 kilómetros de la capital aragonesa y a pesar de que se trata de uno de los denominados como barrios rurales de Zaragoza, Peñaflor de Gállego cuenta con unas fiestas más similares a las de cualquier población aragonesa que a los identificados como distritos zaragozanos.

Y es que sus vecinos no conocen unos festejos sin vaquillas y sin procesiones con peregrinación incluida a San Cristóbal. De hecho, ya hace una semana que se celebró la presentación de la reinas. “Nos conocemos todos y vivimos estas fechas como si residiéramos en un pueblo. Son unos festejos muy cercanos y destinados a todas las edades”, apunta Sergio Domínguez, de la junta vecinal.

El chupinazo que dio comienzo oficial al programa de actos se lanzó este viernes y, tras el cohete, el desfile de carrozas, uno de los actos más tradicionales y esperados por los vecinos, recorrió las calles del barrio.

Cabezudos para los niños, para quienes también habrá una jornada de puertas abiertas en la piscina municipal con hinchables incluidos, discomóvil para los más jóvenes, orquestas para todas las edades y, por supuesto, encierro de vaquillas tanto para pequeños como para mayores son solo algunos de los actos destacados de un programa que, este año, también ha sufrido la consecuencia de la crisis.

“El presupuesto ha sido más bajo, pero hemos tratado de hacerlo lo mejor posible para prescindir del menor número de actos posible. En algunos casos, como en la traca final, lo que se ha hecho ha sido, simplemente, recortarla y el estruendoso final de fiestas será más corto”, dicen desde la junta vecinal, entidad que también ha contado con el apoyo de los comerciantes del barrio. “Su participación y su colaboración es muy importante”, dice Sergio Domínguez.

Todo para celebrar unas fiestas en las que tampoco faltarán las comidas, almuerzos y cenas populares y que harán disfrutar a los vecinos del barrio hasta el martes, 10 de julio.