Post Expo

Ranillas: 4 años en el purgatorio

La crisis arroja al antiguo recinto de la Expo a una travesía por el desierto. El futuro pasa por el tirón de la Ciudad de la Justicia y la recuperación de la iniciativa privada.

El recinto de la Expo
La Dirección General de Urbanismo se trasladará a la Expo
DGA

Dos jóvenes patinan por el frente fluvial en ropa deportiva, mientras un grupo de ancianos les observa acomodados en el banco ecogeográfico. Al fondo, la telecabina domina, inerte, el recinto de la Expo de Zaragoza, donde suenan gritos de niños correteando y martillos de obra de la futura Ciudad de la Justicia.


Es la realidad actual del meandro de Ranillas cuatro años después de la clausura de la Muestra Internacional del agua de 2008. Un contraste de algunas luces y muchas sombras dibujan esta zona de la margen izquierda, que hace hoy cuatro años recibía el verano en el que Zaragoza intentaría convertirse en el centro de atención. Cinco millones de visitantes después, la crisis económica mandó la post expo a purificar sus pecados a un purgatorio del que ya se ve la salida gracias a la llegada de personal público prevista para el próximo año.


Quedó un legado en forma de infraestructuras, como el puente del Tercer Milenio, que culminaba el trazado del Tercer Cinturón, la pasarela del Voluntariado, el anfiteatro o el Parque del Agua. Y las riberas recuperaron su mejor cara para disfrute de los ciudadanos, en la que es, para la mayoría, la mejor aportación de aquel verano a la ciudad.


Pero quedan también muchas dudas por delante, que hacen evidentes los efectos de la crisis y la falta de previsión para un recinto que debía convertirse en el pulmón comercial y empresarial de la capital aragonesa.

Los grandes emblemas

Fueron el foco de atención de todos los objetivos de turistas y profesionales. La cara visible de la muestra. Pero cuatro años después siguen en punto muerto. El atracón de pases del documental de Saura se llevó por delante al pabellón de Aragón. Desde entonces se ha postulado como sede de Educación, biblioteca pública o dependencias judiciales. En la actualidad, la DGA ha puesto en alquiler la 'cesta' que con tanto orgullo representó a la Comunidad en 2008, confiando en la respuesta de una iniciativa privada que no llega.


El Pabellón Puente y la Torre del Agua siguen vacías de contenido a la espera del último empujón de las entidades bancarias. Y en el pabellón de España, responsabilidad directa del Gobierno central, se han visto obligados tramitar de urgencia un plan de restauración -solo cuatro años después de su apertura- ante los evidentes deterioros que sufría la fachada exterior. Su contenido, como casi todos, se ha ido diluyendo en diferentes propuestas y escasas concreciones.


Pero la lista negra continúa. La telecabina hace tiempo que solo se mueve con los vaivenes del cierzo, y el acuario fluvial acaba de anunciar su intención de renunciar a la gestión de sus instalaciones ante las elevadas pérdidas económicas. Su actual responsable reconoce que mientras no vuelva la vida -comercial, turística, empresarial...- al meandro, esta gran atracción es inviable.


Todo un cuadro que no ha pasado de largo incluso para los medios de comunicación nacionales y sus programas más satíricos, que han retratado la situación actual del recinto de Ranillas, dejando en evidencia la gestión del mismo, aunque las formas y la veracidad de algunas informaciones hayan sido parte del espectáculo.

¿En 2013?

El futuro más inmediato de Ranillas pasa por los propios ciudadanos, colectivos como la Asociación Legado Expo Zaragoza, y el impulso -aunque sea leve e intermitente- de las iniciativas tanto públicas como privadas. La Ciudad de la Justicia avanza con la vista puesta en 2013, en el que se espera su inauguración y la visita diaria de unas 5.000 personas.


Será el gran motor de la zona, ya que comenzará a dar sentido a infraestructuras como el gigantesco aparcamiento subterráneo, el propio Acuario o las galerías comerciales. A su vez, Zaragoza Expo Empresarial avanza en la venta y alquiler de oficinas al ritmo que marca la crisis del sector, más que al deseado. Aún así, la ocupación de espacios continúa.


Mientras tanto, el Parque del Agua ya se ha consolidado como una de las principales opciones de ocio en la ciudad, gracias a la participación privada de sus atracciones y al entorno natural. El Ayuntamiento, por su parte, remoza estos días el banco ecogeográfico, dañado por las inclemencias del tiempo y por el vandalismo, y en próximas fechas hará lo propio con la pérgola de topos, que se sustituirá por unas lonas temáticas obra del diseñador Isidro Ferrer.


El Palacio de Congresos recibe cada año a miles de visitantes y es uno de los edificios con más vida del meandro, que ha atraído la atención de numerosas firmas comerciales -principalmente del sector automovilístico-, para la grabación de anuncios publicitarios. Y además, siempre quedarán los voluntarios, esa marea anónima que echó algo más que un cable a la ciudad, y que este verano la representará en la Expo de Corea.