Bibliotecas

La Universidad de Zaragoza racionará el aire acondicionado

Muchas bibliotecas han recibido quejas de los alumnos por las altas temperaturas, pero la institución quiere ahorrar y solo encenderá la climatización ?cuando sea imprescindible?.

Una estudiante se abanica en la biblioteca de Trabajo Social
La Universidad de Zaragoza racionará el aire acondicionado

Libros, apuntes, bolígrafos y... un abanico. Muchas estudiantes han incorporado este tradicional instrumento a su material de estudio, mientras sus compañeros se las arreglan como pueden para soportar las altas temperaturas de las bibliotecas de la Universidad de Zaragoza, que ha decidido racionar la climatización de sus instalaciones debido a los problemas económicos que atraviesa la institución.


Tras la reconocida falta de liquidez de la Universidad por el retraso en algunos pagos del Gobierno de Aragón y la advertencia de Endesa, que podría cortar el suministro eléctrico el próximo 2 de julio si no pagan las facturas pendientes, la institución se ha visto obligada a realizar unas medidas de ajuste entre las que se incluye el ahorro en aire acondicionado.


Tras la llegada del calor y varias semanas de quejas por parte de los estudiantes, fuentes de la Universidad aseguran que los sistemas de climatización están activos desde el pasado jueves, aunque solo se pondrá en marcha durante los días y momentos “en los que sea necesario”.


Sin embargo, no en todas las bibliotecas lo han notado. “Estos últimos días ya habían puesto el aire en el Centro Politécnico Superior (CPS), pero aquí sigue haciendo el mismo calor que siempre”, aseguraba una usuaria de la biblioteca de Trabajo Social, donde ni siquiera la bajada de las temperaturas del final de la semana ha dado un respiro a los estudiantes: “Aunque en la calle el calor no sea excesivo, dentro del edificio se nota mucho más por la gran cantidad de personas que hay dentro”.


“Hay gente que viene y a la media hora se va porque no aguanta más”, asegura Sandra Lamarca, estudiante de medicina y sufridora habitual del particular estío de las bibliotecas de la Universidad. “El otro día a una chica le dio una lipotimia”, indica esta zaragozana, que muchas tardes opta por quedarse en casa para evitar el calor de estas salas de estudio. “Aunque allí tengo que escuchar a mi madre cantando rancheras”; bromeaba la futura médica.

Ventiladores en Filosofía


Pero la de Trabajo Social no es la única biblioteca en la que todavía no han notado el aire acondicionado. “Todos los días vienen estudiantes a preguntarnos, pero solo podemos decirles que no depende de nosotros”, aseguraba un trabajador en la María Moliner. Otro caso es el de Filosofía, cuya biblioteca solo dispone de ventiladores. “Solo los encienden un rato por la tarde, en las horas más calurosas, pero cuando la sala está llena tampoco sirve de mucho”, protestaban Olga y Raquel, estudiantes de Educación Especial y Filología Hispánica, respectivamente.


Mientras algunos estudiantes trasladan apuntes y libros a sus propias casas, otros optan por acudir a la Biblioteca de Aragón o las salas que ofrecen las obras sociales de algunas entidades financieras. “Mucha gente viene porque aquí sí que tenemos una buena temperatura. Los fines de semana abrimos a las 8.00 y una hora antes ya hay gente haciendo fila para coger sitio”, aseguraban en una de estas bibliotecas.