La Jota

"Llevamos dos años esperando una solución para los alcorques"

La asociación vecinal asegura que se trata de una reivindicación puesta en conocimiento del Consistorio "en varias ocasiones".

La avenida de La Jota y las calles de Felisa Galé y Pascuala Perié. Estas son las tres vías, según la Asociación de Vecinos La Jota, en las que “en peores condiciones” se encuentran los alcorques del arbolado. “Cuando se hicieron las aceras aquí no había ni la mitad de vecinos que hay ahora. Con el tiempo la población, como en otros distritos, se ha multiplicado y el tránsito por estas tres calles se hace complicado, sobre todo para quienes llevan carros de la compra o de bebés”, explica Juan Antonio Andrés, presidente de la agrupación vecinal.


Todo debido a que en según qué alcorques, el desnivel entre el firme y la acera, “supera un palmo de la mano”. “Estos huecos suponen un peligro porque si alguien tropieza, la caída está asegurada, ya que son demasiado grandes para los pocos árboles que hay plantados”, insiste Andrés. Una situación a la que, desde la agrupación vecinal del barrio, llevan mucho tiempo intentando poner una solución.


“En 2009, y debido a las presiones vecinales, se probó en algunos alcorques del último tramo de la avenida de la Jota, con un material similar a una brea que dejaba pasar el agua y que cubría el hueco existente”, explica el presidente de la asociación de vecinos. “Entonces nos dijeron que había que esperar un año para ver si la solución resultaba ser la adecuada. Han pasado ya tres y la última noticia que tuvimos fue antes de las últimas elecciones municipales, cuando desde Medio Ambiente nos corroboraron que el material funcionaba. Ya no hemos vuelto a saber nada, y no será por insistir, porque en cada comisión de Urbanismo y Medio Ambiente, así como en las juntas de distrito, recordamos la reivindicación, incluso por escrito”, asegura Juan Antonio Andrés.


Una problemática que también preocupa a los vecinos que cada día transitan por la zona. Es el caso de Ángela Ruiz, que reside en la calle de Felisa Galé. “Lo peor es que se llenan de porquería, todo va a parar a los huecos. Y cuando llueve, como ha sucedido en las últimas semanas, se llenan de agua”, dice la zaragozana.


“Para mí resultan muy incómodos y suponen una barrera para los viandantes. Sobre todo para quienes tienen problemas de movilidad o van con carros. Tienes que estar sorteándolos constantemente para no tropezar y en algunos tramos de la avenida de La Jota, que es por donde más veces suelo pasar, resulta hasta complicado no hacerlo, porque hay muchos y muy seguidos”, apunta María Dolores Gálvez. Situación que, según Ramiro Hernández, también vecino del barrio, “lleva así desde los 80, más o menos, que creo que fue cuando hicieron la reforma”. “A ver si los tapan de una vez, que tampoco creo que suponga tanto dinero”, opina el zaragozano.


Por su parte, desde el Ayuntamiento de Zaragoza explican que “hay disposición para adecuar estos alcorques, pero se hará cuando haya disponibilidad económica”.