Elecciones de los barrios rurales

UPyD pide acabar con la "mascarada" de los alcaldes de barrio

Afirman que "se trata de un anacronismo que sólo sirve para designar virreyes del Alcalde, bajo la apariencia de un proceso moderno".

Unión Progreso y Democracia, ha criticado duramente la pervivencia de los alcaldes de barrio en las pedanías de Zaragoza. "Estos barrios no gozan de la consideración de entidades locales menores, y la utilidad de esos delegados personales del Alcalde ha quedado ampliamente rebasada por la evolución demográfica, urbanística y tecnológica. De hecho, ninguna de las grandes ciudades españolas dispone de un sistema parecido al que adopta Zaragoza", señalan.


Para el Coordinador de UPyD en Zaragoza –Javier Puy- las alcaldías de barrio "no suponen un mecanismo de descentralización política, ya que los alcaldes de barrio son meros delegados del Alcalde de la ciudad y los miembros de las juntas vecinales son designados directamente por los grupos políticos municipales, y no por los vecinos mediante listas abiertas". "Los vecinos ya eligen democráticamente a los concejales del Ayuntamiento de Zaragoza. Es absurdo gastar más dinero en lo que no es sino una encuesta desprovista de valor político alguno. Si los residentes en los barrios del casco urbano no eligen a los presidentes de cada Distrito, no se entiende por qué sí han de hacerlo los que viven en barrios rurales", añade.


"En cuanto a la función de acercamiento de la Administración a los vecinos, la solución más operativa consistiría en la sustitución de las actuales alcaldías de barrio por dos Distritos Rurales, con sus correspondientes Juntas de Distrito y un Concejal Delegado al frente de las mismas, como ocurre en el resto de la ciudad. Las actuales Casas-Alcaldía deberían estar dotadas del personal y los medios necesarios para facilitar el acceso de los vecinos a los trámites municipales, y evitar así desplazamientos al edificio del Seminario o a la Casa Consistorial", afirman desde UPyD.


UPyD recuerda que "su programa electoral propone la reducción del número de ayuntamientos en España –más de 8.000-, como ya se ha hecho en la mayor parte de los países de Europa. En esa línea, la integración plena de los barrios en el Ayuntamiento de Zaragoza supondría un avance en la igualdad de derechos y obligaciones de todos los administrados, además de una reducción de los costes de la Administración".