La vida y el espectáculo bajo la carpa

“Aprendí a andar en la pista de un circo”, cuenta Joseph, madrileño de 23 años, mago y payaso de la familia Popey, Premio Nacional de Circo. Esta tarde (sesiones a las 17.30 y 20.15) hará desaparecer a una chica y arrancará sonrisas de los niños. Es una de las nuevas caras del Gran Circo Mundial, que vuelve a Zaragoza para las fiestas del Pilar.

“Desde pequeño salía con mi padre en su espectáculo de payasos. Mientras estudiaba en un instituto de Madrid, actuaba con el circo los fines de semana y las vacaciones. Terminé bachillerato e hice un módulo superior de ilustración. Después decidí que lo que me gustaba era el circo, y aquí vivo”, cuenta Joseph Popey.

Su padre y sus hermanos también actúan y viven en el Gran Circo Mundial. Johny, de 22 años, estudió informática y ebanistería, y eligió ser payaso, como su padre y su abuelo. Su hermana estaba ayer examinándose de piano en Madrid y esta tarde saltará a la pista del circo. El padre, José Popey, de 48 años, fue futbolista profesional en el Betis, pero también escogió seguir los pasos artistas de la familia.

En las caravanas del circo se hablan muchos idiomas. Hay artistas rusos, brasileños, australianos, italianos, portugueses, rumanos... En total, fuera y dentro de la pista trabajan unas 130 personas, entre artistas, técnicos, montadores, cuidadores, veterinarios, etc.

Marisa, italiana de 32 años, y Salvio, cordobés de 37, volarán esta tarde colgados del trapecio. “Es una vida diferente, a veces es dura, pero compensa. Viajamos por todo el mundo y hemos conocido muchos sitios: toda Europa, Australia, Indonesia o Nueva Zelanda”, afirma Salvio, quinta generación de circo en su familia. Tienen casa en Valencia, pero apenas la pisan en todo el año. Su hija, de 5 años, va al colegio del circo y practica con la cama elástica (aún no actúa en la pista). A veces se queda dormida en la función de la noche.

Aurori, hermana de Salvio, nació en Inglaterra y ha vivido siempre en el circo, por todo el mundo. En la pista protagoniza un número nuevo con elefantes y caballos, junto con sus hijas gemelas Natalia y Noelia, de 13 años. Ellas estudian 1º de ESO en el cole del circo. “No nos gusta mucho estudiar, preferimos actuar”, apuntan con sonrisa adolescente.

“Ellas han tenido la suerte de poder elegir. Yo les digo que aprovechen la oportunidad, que estudien. Cuando se portan mal, les castigo con no dejarles salir a trabajar. Es lo que más les duele”, cuenta la madre, antes de ir a ensayar con los elefantes.

El Gran Circo Mundial ha recalado en Valdespartera, tras pasar en los últimos meses por Pamplona, Vitoria, Laredo, Bilbao y Valladolid. Aquí estarán, como mínimo, hasta el 23 de octubre. El invierno lo pasarán en Madrid.

“Zaragoza es una ciudad de circo. Tenemos un público muy fiel y amante del espectáculo, que nos sigue desde hace 20 años. El Gran Circo Mundial es uno de los tres mejores circos de Europa. Cada año renovamos los números”, presume su relaciones públicas, Alberto Moreno.

Entre los nuevos, destacan la Troupe Iriston, piruetas con caballos rusos; el hombre murciélago, que camina bocabajo por la carpa del circo; el ventrílocuo Kevin Huesca; el doble trapecio volante con los Tonitos; el payaso Carletto; el trío de clowns Rivelinos...

Las funciones, este viernes, serán a las 17.30 y 20.15. El primer fin de semana de fiestas, será a las 12.00, 17.00 y 19.45. El lunes 10, a las 17.30 y 20.15. Desde el martes 11 hasta el viernes 14, a las 17.00, 19.45 y 22.30. Se pueden consultar todos los horarios en la web del circo. Los precios oscilan entre los 8 y los 35 euros, dependiendo del día, la fila, niños o adultos.