Calles con suciedad acumulada y carencia de servicios diarios de limpieza. Esto es lo que ven los vecinos del barrio Oliver y de lo que ya llevan tiempo quejándose ante el Servicio de Gestión de Residuos y Eficiencia Energética del Ayuntamiento de Zaragoza.

“Son varias las denuncias públicas que, desde hace tiempo, venimos registrando en la asociación vecinal por la mala imagen que dan nuestras calles, que parecen siempre oscuras y sucias. Y esta situación ocurre no solo en las vías aledañas o bocacalles, sino también en la principal, Antonio Leyva. Da la sensación de que nunca limpian con agua a presión y la mugre se acumula en las aceras”, explican desde la Asociación de Vecinos Oliver.

Testigo de esta situación es Ángeles Gracia, que reside en el barrio. “Yo vivo en la calle de Alejandro Oliván, y, como muchas otras, no se barre a diario. He llegado a ver un gato muerto en el borde de una acera durante mas de cinco días, y eso nadie me lo puede negar”, argumenta, indignada, la zaragozana.

“Otro caso parecido ocurre en el corredor verde, ya que no tiene papeleras. Las esquinas de este paseo están llenas de porquería que arrastra el viento, porque los barrenderos quitan muy poquito. Seguramente porque son pocos y no pueden hacer más”, explica Ángeles Gracia, que en dos ocasiones se ha puesto en contacto con el Consistorio, manifestando su malestar. “Lo único que me dicen es que se limpia de forma rutinaria y según lo establecido todos los días del año. Pero yo insisto que no es así”, concluye Gracia.

Por su parte, desde FCC, empresa concesionaria del servicio municipal de limpieza, aseguran que, en este barrio, se realiza “un barrido manual individual con frecuencia diaria, en turno de mañana y una brigada PIBO –Plan Integral Barrio Oliver-, diariamente por las tardes. También se realiza, con frecuencia semanal en vías de tránsito intenso y una vez cada tres semanas en el resto de calles, un limpiado con manguera”. “En cuanto a la máquina con cepillos y la de chorros de agua, la primera de ellas se pasa tres veces a la semana y, la segunda, solo en vías de tránsito intenso, con una frecuencia de una vez cada dos semanas”, concluyen las mismas fuentes.