LOS SECRETOS DE ZARAGOZA

Un arco con historia y misterio

A pesar de llevar dos décadas inmóvil en el casco histórico de la ciudad, no todos los zaragozanos conocen su secreto. Y es que el arco de medio punto que guarda las espaldas de la estatua de César Augusto, en la avenida de ídem, además de por lo estético de su forma, sorprende por tratarse de un infalible sistema de comunicación.

El conjunto arquitectónico se terminó de construir en 1990
El conjunto arquitectónico se terminó de construir en 1990
A. M.

Lleva plantado junto al Mercado Central un buen puñado de años, concretamente 21. Pero claro, estar a la sombra de un emperador –aunque sea en forma de estatua- como Caius Iulius Caesar Augustus, César Augusto para los amigos, hace que no luzca todo lo que debiera. Y que sea, hasta cierto punto, un desconocido para muchos vecinos de la ciudad. Se trata del 'arco sonoro' de Zaragoza, el único destacado como tal a orillas del Ebro.


Su mecanismo, como suele decirse, es más sencillo que el de un botijo. También su uso: basta con colocarse frente a la parte interior de uno de los extremos y que un amigo haga lo propio en el contrario, a una distancia exacta de 24 pasos. Y a darle a la sinhueso. Aun susurrando, y a pesar del bloque amurallado de la zona central, resulta bien fácil entender las palabras del interlocutor, incluso aunque lleve en el cuerpo alguna copilla de más (no en vano, los usuarios estrella del invento, además de los niños, son personajes de lo más variopinto de la noche zaragozana). Vamos, que gasta una cobertura que ya podría ofrecer más de un operador de telefonía móvil.


No se trata de un fenómeno único en el mundo. El arquitecto encargado de diseñar la obra, el zaragozano Juan Antonio Martín Trenor, señala que "también ocurre, por ejemplo, en la tumba de Agamenón (en el recinto arqueológico de la ciudad de Micenas, en Grecia), donde el guía, lo primero que hace al llegar, es destacar la anécdota". Un hecho que, además de en tierras zaragozanas y helenas, se repite a lo largo y ancho del globo terráqueo: "En general, se aprecia en todas las construcciones en que la bóveda se prolonga hasta el suelo", explica Martín.


Una obra con tintes históricos


Además de la curva sonora, de medio punto, la composición está formada por otros tres arcos, estos de tipo dintelado. A través del levantamiento, Juan Antonio Martín quiso evocar, a finales de los 80, el concepto de entrada a la ciudad que ha caracterizado siempre esta ubicación. "Con esta idea se proyectó un cuádruple arco del triunfo en honor a las cuatro culturas de Zaragoza", confirman los archivos municipales.


Sin embargo, y aunque haya quien lo destaque más por lo anecdótico de su reverberación que por la simbología con que fue concebido, el arco no se diseñó en exclusiva para los experimentos sonoros. Su propio creador reconoce que este perfecto y económico sistema de comunicación nació "fruto de la casualidad".