TRIBUNALES

Piden 34 años de cárcel por el secuestro de un menor, al que amenazaron con una espada

Los cuatro acusados retuvieron al chico y a otro joven con intención de robarles el dinero que les habían visto ganar en las tragaperras.

La Fiscalía ha solicitado penas que suman 34 años de prisión para cuatro inmigrantes de nacionalidad rumana a los que se imputa la detención ilegal de dos jóvenes, uno de ellos menor. A todos ellos se les acusa también de un delito de robo con violencia e intimidación y otro de amenazas. No en vano, llegaron a utilizar una espada samurai para amedrentar a las víctimas, a quienes habían quitado el dinero que llevaban encima, pero de quienes pretendían obtener también el número secreto de una tarjeta de crédito.


Los hechos se produjeron el 25 de octubre de 2009 en Zaragoza. Sobre las 12.30, uno de los acusados -Mariu C. B., de 29 años, sin antecedentes penales- observó como dos jóvenes jugaban a las máquinas tragaperras en un local de la calle de Bretón, en el distrito Universidad. Al comprobar que llevaban una importante cantidad de dinero, cuando salieron del establecimiento, el acusado -al que acompañaba otra persona no identificada- decidió seguirles.


Según el ministerio público, a la altura del número 4 de la calle de Pamplona Escudero, Mariu y su acompañante obligaron a los chavales a entrar en el portal. Empleando la violencia les hicieron subir después al tercer piso, donde les encerraron en una habitación. Otro de los acusados -Romulus V. B., de 32 años-, que se encontraba en la citada vivienda, golpeó en la cara al menor y le pidió que sacara todo el dinero que llevaba encima.


El chico terminó entregándole 800 euros. Pero, no conforme con el botín, el acusado le arrebató el teléfono móvil y la cartera. También fue agredido el otro joven, al que le quitaron 90 euros y el celular.

Con un sable en el cuello

Los delincuentes creyeron que aún podían obtener un mayor beneficio de sus víctimas, por lo que un tercer acusado -Lucian M. I., de 36 años- entró en la habitación blandiendo una espada samurai y comenzó a intimidar a los jóvenes.


Según declararon ellos mismos durante la instrucción, llegaron colocarles el sable en el cuello y en el pecho. Lo que pretendían los agresores era que les proporcionasen el número secreto de una tarjeta de crédito, propiedad del menor.


Según el fiscal, ante la negativa de los secuestrados a facilitarles esta información, el cuarto acusado -Corneliu F. S., de 25 años y sin antecedentes- llamó por teléfono a alguien para que le dijera si podía sacar dinero con la tarjeta sin utilizar el 'pin'. Al final, no consiguieron su propósito, por lo que devolvieron la cartera y la tarjeta al menor.


Siempre pensando en obtener un mayor botín, los imputados cogieron las llaves del coche del mayor de los jóvenes retenidos y se llevaron varias prendas de ropa -valoradas en 300 euros- que había en el interior. Al ver que no podían sacarles más partido, los delincuentes decidieron liberar a las víctimas. Pero lo hicieron volviendo a amenazarles. «Si denunciáis los hechos ocurridos a la Policía vais a tener problemas, porque os vamos a cortar el cuello», les dijeron.


Finalmente, el menor tuvo que ser asistido de un hematoma en el párpado derecho y otro en el muslo derecho, que le mantuvieron tres días impedido. Los abogados de la defensa, entre los que figura Juan José Serra Peñafiel, niegan los hechos y pedirán la absolución de sus clientes. El juicio se celebrará el próximo otoño en la Audiencia de Zaragoza.