LIBRO DE FIRMAS

Una joya que custodia la historia del edificio

El Pilar tiene un Libro de Oro que, en realidad, son dos y de plata. De plata repujada y cincelada, una obra de arte en cuyas páginas se recoge también la historia del edificio

Firmas que son historia
Firmas que son historia
CARLOS MONCÍN

Tardó mucho la basílica del Pilar en tener un Libro de Oro al estilo del que poseen los edificios más significativos del mundo. No fue hasta 1951 cuando mandó hacer uno, que muy pronto fue llenándose con los votos, deseos y agradecimientos de los visitantes más ilustres. Hoy, más de medio siglo después de que se estrenara la primera página, el Libro de Oro es no solo un bello objeto artístico, también un testimonio de la Historia del templo en las últimas décadas.


El Libro de Oro de la Santa y Angélica Capilla de Nuestra Señora del Pilar es, en realidad, dos. La obra, que recoge desde 1951 las firmas de los visitantes más ilustres, completó sus 169 folios y en 1998 hubo que encargar otro, también a los orfebres Calero, para continuar con la tradición. El segundo libro, el que se usa actualmente, salvo pequeños detalles de diseño se mantiene fiel a las características del original: 46 centímetros de altura, 34,5 de ancho, 7,5 de grosor y un peso cercano a los siete kilos y medio.


Las tapas, que lo convierten en una pieza espectacular, son de plata repujada y cincelada sobre terciopelo morado. En la portada ha sido reproducido el relieve central de la Santa Capilla, junto a dos medallones con las efigies de San Valero y San Braulio, y la jaculatoria "Bendita y alabada sea la hora...". En los ángulos figuran cuatro escudos. Arriba, los de España y los del arzobispo Domenech, que regía la sede zaragozana cuando se inició el libro; abajo, una representación esquemática del milagro de Calanda y una de las carabelas de Colón, como símbolo de la Hispanidad.


En la contraportada se reproduce en grande el escudo del Cabildo, y en los ángulos figuran los de Aragón, Zaragoza, Huesca y Teruel.


El segundo libro, de 1998, mantiene las mismas características, salvo los cambios obvios. En la portada, por ejemplo, el escudo de España es ya el constitucional, y el del arzobispo corresponde a Elías Yanes. La reproducción del relieve central de la Santa Capilla es más cercana a la realidad que en el tomo antiguo.


El primer libro se abre con una dedicatoria de Rigoberto Domenech, fechada el 24 de marzo de 1951. A partir de ahí, en folios que llevan una orla morada y de plata, sus páginas recogen más de un millar de autógrafos de personalidades que han visitado a la Virgen: autoridades religiosas (la mayor parte) junto a jefes y hombres de Estado, sabios de renombre y artistas famosos.


Para los visitantes más especiales, se ilustra y decora previamente la página en la que van a firmar, como es el caso de Juan Pablo II, cuyas visitas a Zaragoza marcaron un hito en la historia del templo. En el libro se conserva también la firma de otro Papa, pero cuando no lo era. En julio de 1954 visitó Zaragoza Angelo, cardenal Roncalli (luego Juan XXIII), que firmó en el folio 6 vuelto. Varios nuncios han firmado también en el Libro de Oro. Pero hay también autoridades militares, reyes y jefes de Gobierno. De Don Juan Carlos, por ejemplo, hay varias, la primera de ellas en diciembre de 1959, cuando el entonces príncipe, y su hermana, la infanta doña Pilar, firmaron nada más acabar el primero de ellos sus estudios castrenses. Luego, acompañado de doña Sofía, volvería a firmar en el Libro, pero ya como Rey.


Tampoco faltan las curiosidades. Por ejemplo, en una de las páginas se encuentran, juntas, las firmas de los alcaldes de las villas natales de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, Madrigal de las Altas Torres y Sos del Rey Católico, que ofrecieron sus banderas a la Virgen del Pilar para que figuraran junto a las de todos los países del mundo hispánico.


El Libro, sus dos volúmenes, se guarda en la sacristía de la Virgen, en cajas sólidas que lo preservan del más mínimo deterioro. Allí duerme, hasta que una visita ilustre lo hace salir a la luz.