El consejero de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Jerónimo Blasco, ha asegurado que las obras de la segunda fase del tranvía no han causado daños a ningún resto arqueológico, como confirma el informe de los arqueólogos del consistorio que visitaron las actuaciones, y que no los habrá.

Las actuaciones, ha dicho, se están llevando a cabo de acuerdo con las consideraciones relacionadas con el patrimonio incluidas en la declaración de impacto ambiental que se remitió a la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón el 13 de enero de 2009.

«A diferencia de lo que algunos pretenden hacer en cuanto alarmismo - ha agregado en alusión al PP-, se está cumpliendo estrictamente lo que ha dicho la Comisión de Patrimonio», que si hubiera considerado que era necesario hacer modificaciones lo habría dicho.

Las obras, ha explicado, sólo se han ralentizado en unos puntos concretos, no se van a retrasar y no se van a encarecer, y la compañía que las ejecuta siempre ha tenido contratada una empresa de patrimonio arqueológico, a la que se sumado ahora la supervisión de los equipos municipales, ha agregado.

Blasco ha comparecido ante los medios acompañado por el director general de Cultura del Ayuntamiento, Antonio Mostalac, quien ha explicado que el informe de los arqueólogos del consistorio, que este lunes analizaron veinte catas, determina que «no ha habido ningún tipo de destrozo» en el arrabal musulmán, ya que los restos están al menos a 1,40 metros de profundidad y las perforaciones que se han hecho «están muy por encima».

Ha destacado como positivo, que en la plaza Paraíso se ha podido constatar un pretil de sillares que pertenece al puente de piedra del siglo XIX que cubría el Huerva, que se podrá conservar, mientras en la plaza de España, los trabajos se han ralentizado y están posiblemente próximos a unas termas romanas que aparecieron a la altura del Cuarto Espacio de la Diputación de Zaragoza.

Ha asegurado que en Independencia no se han encontrado nuevos restos y en el Coso bajo, sólo algún nivel del XIX, mientras que en la zona de las murallas romanas, se llevan a cabo dos actuaciones, una de ellas de repavimentación del monumento de Agusto, que podría hacerlas visibles, y ha salido a la luz una conducción de agua que enlaza directamente con el mercado central para desaguar en el Ebro.

«El patrimonio arqueológico no se ha visto afectado, en lo que se conserva 'in situ', en ningún momento», ha subrayado Mostalac, quien ha comentado que el nivel de prospección que ya tiene la zona por la que se ejecuta la segunda fase del tranvía hace difícil que aparezcan nuevos restos de gran formato.

Blasco ha hecho hincapié en que «no va a haber ni un solo minuto de retraso en las obras por este motivo« y ha insistido en que el Gobierno de Aragón no ha pedido que se paralicen las obras, sino que se ralenticen y que cuando se vaya a excavar en zonas donde se sabe que hay restos, haya una supervisión arqueológica y que se trabaje con cuidado, como así se hace.

Además, ha recordado que en Independencia, con la reforma de 2002, se protegieron los restos del barrio musulmán con una capa de arena y un geotextil, que está a 1,40 metros de profundidad y ahora, ha dicho, no hay ninguna actuación de las obras que tenga que superarla porque se está actuando «en superficie, prácticamente».

«Lo que de verdad hizo daño a los restos árabes fue tenerlos al aire durante tanto tiempo porque se iba a construir un gran aparcamiento», ha subrayado Blasco.

Ha insistido además en que el tranvía es positivo para el patrimonio, porque lo que más daño le hace es la contaminación que generan los coches y las vibraciones.

Además, ha considerado innecesario comparecer en comisión como reclama el PP, grupo al que se le facilitará, al igual que a CHA e IU, una copia del informe de los arqueólogos, que ya se ha enviado a la Dirección General de Patrimonio del Gobierno.