MOVILIDAD URBANA

Unos 10 autobuses urbanos se quedan tirados a diario en Zaragoza

El calor duplica estas incidencias, a pesar de las 500 horas de mantenimiento que tiene cada vehículo durante todo el año.

Unos 10 autobuses urbanos se quedan tirados a diario en Zaragoza
Unos 10 autobuses urbanos se quedan tirados a diario en Zaragoza
CARLOS MONCíN

Con el verano llegan las calores... y las averías de los autobuses urbanos. Durante esta época del año se duplican las incidencias que sufren estos vehículos, fruto principalmente del recalentamiento de los motores. Según señalan desde Tuzsa, en los meses de verano hay que reemplazar cada día en pleno servicio una media de diez autobuses, mientras que esta cifra se reduce a la mitad en invierno. El número de averías diarias aumenta a más de 20 si se cuentan las incidencias que no requieren una interrupción del servicio, según datos del año 2009.

El principal problema en verano es el recalentamiento de los motores. Este tipo de problemas provocó el domingo un incendio que calcinó un autobús de la línea 32 y que afectó a un edificio cercano en la avenida de Cataluña. También fue la causa de que otro vehículo se quedara tirado en medio de la plaza de España el lunes, complicando el tráfico en la zona. Como explica Eduardo Sánchez, director de explotación de Tuzsa, los autobuses son «vehículos industriales que tienen un espacio muy reducido para el motor y los elementos de transmisión que, además, tienen que ir en la parte de atrás».

Esto hace que los motores tengan dificultades para refrigerarse. Como explica Sánchez, «no es lo mismo ir a 90 kilómetros por hora con el motor delante que a 13 kilómetros por hora con el motor detrás». El aire llega más caliente y en menor cantidad, por lo que los aparatos se recalientan y estropean los motores. Otra de las averías típicas es el cambio de marchas. «Hay que tener en cuenta que los autobuses trabajan 13 horas al día con cambios constante. Hay miles de cambios de marcha al día en cada vehículo», señala Sánchez.

Trabajo de subcontratas

Desde el comité de empresa señalan que estas circunstancias se ven agravadas por el deficiente mantenimiento de la flota que lleva a cabo la empresa. Javier Anadón, presidente del comité, afirma que Tuzsa «ha recortado» en estos trabajos y que ahora «se hace lo justo». Además, critica que se han subcontratado algunas tareas, lo que resta eficacia al mantenimiento.

Desde la compañía, en cambio, sostienen que la plantilla destinada a estas labores «es la más numerosa, tras los conductores», y que se emplea en ellas «más de 500 horas al año» por cada vehículo. Además, destaca que Tuzsa ha invertido en los últimos años en varios sistemas destinados a mejorar el mantenimiento de los vehículos. El último, el llamado 'Heco', una herramienta de gestión de incidencias de los buses en servicio a tiempo real.

Cada vez que un autobús en servicio falla, Tuzsa tiene preparado otro para salir 'al rescate'. De hecho, según apunta Sánchez, en las cocheras tienen «el 10% de la cantidad de vehículos que están prestando servicio». Según señala, se tarda «entre 15 minutos y media hora» en reemplazar el autobús averiado desde que se informa de la avería.

Además de las incidencias que se producen durante la explotación del servicio, las reparaciones se prolongan -y con mayor volumen de trabajo- durante la noche, cuando se reparan las incidencias que se han detectado durante el día pero que no fueron lo suficientemente graves como para interrumpir el servicio -pilotos de aviso que se encienden, ruidos en el motor que no derivan en averías importantes...-.

Además, los vehículos reciben trabajos de mantenimientos rutinarios y de carácter preventivo que, según la compañía, «son muy superiores a los que recomiendan los fabricantes de los autobuses». Una opinión que no comparte el comité de empresa, desde donde apuntan que estas labores en Tuzsa «se mantienen en un segundo plano».

El último siniestro. Sucedió el pasado 26 de junio en la avenida de Cataluña, cuando un autobús número 32 sufrió un incendio en el motor que calcinó por completo el vehículo. También se vio afectada la fachada de un edificio. Los usuarios del autobús tuvieron que salir al ver que el motor ardía, aunque afortunadamente no hubo que lamentar heridos.