CASCO HISTÓRICO

Opiniones enfrentadas por la peatonalización

El cierre al tráfico del Coso Alto y César Augusto creará una de las mayores zonas peatonales de la ciudad. Vecinos, comerciantes y expertos debaten sobre las ventajas e inconvenientes de impedir el paso de vehículos al centro.

Recreación del tranvía en el Mercado Central
Las obras de la segunda fase del tranvía comenzarán el 19 de julio
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La peatonalización del Casco Histórico de Zaragoza, que ha ido pasando por las mesas de los diferentes equipos de Gobierno de la ciudad en los últimos años, dará un salto significativo con la llegada de la segunda fase de la línea 1 del tranvía.


Dentro de 18 meses, con la finalización de las obras, la capital aragonesa estrenará uno de sus espacios peatonales más amplios, el que va desde el puente de Santiago hasta la plaza de España, pasando por la avenida de César Augusto y el Coso Alto.


La movilidad para esta zona quedará limitada al uso del propio tranvía, de las bicicletas o de los peatones. «La política general del Ayuntamiento es la de ampliar los espacios para los peatones y limitar el de los vehículos», señalan desde Movilidad. Sin embargo, el acceso para realizar labores de carga y descarga y a los garajes estará garantizado.


El modelo que se aplicará será similar al que funciona en la actualidad en el paseo de la Independencia, donde las furgonetas de reparto y los vecinos ven satisfechas sus necesidades en las calles perpendiculares y a través de pavimento diferenciado –en el Consistorio todavía estudian los detalles, pero se piensa en adoquines de un color diferente al de las aceras-.


De esta forma, el denominado Coso Alto, incluyendo César Augusto, se unirá a la escasa lista de calles de Zaragoza consideradas como peatonales. Un estudio de 2010 situaba a la ciudad entre las mejores del país en cuanto a aspectos como la señalización, la accesibilidad y seguridad, el mobiliario urbano o el control de acceso de vehículos en este tipo de vías. Sin embargo, suspendía en otros como limpieza y mantenimiento.


En todo caso, la capital aragonesa sigue siendo una de las ciudades con menor número de calles peatonales por habitante, tal y como indica Teófilo Martín, arquitecto y uno de los artífices del plan para la rehabilitación del Casco Histórico de Zaragoza. «La peatonalización es una de las medidas más importantes para que el Casco retome la vitalidad que necesita», señala.


A su juicio, «se recupera un espacio y un entorno histórico», que será «muy beneficioso, como lo es en ciudades como Nantes o Burdeos».


En la misma línea se pronuncia Javier Rodríguez, representante de la Asociación de Vecinos Lanuza-Casco Viejo. «Desde hace tiempo venimos teniendo reuniones con arquitectos, ingenieros y otros expertos y hemos visto muy claro que tanto el tranvía como la peatonalización va a beneficiar a toda la zona», comenta.


De hecho, el propio Martín apuesta por acelerar otros proyectos similares en vías como Don Jaime, Mayor o el puente de Piedra. Un debate, este último, reabierto el pasado otoño y que, tras las dudas planteadas por los vecinos de la margen izquierda, quedó a la espera de la formación del nuevo equipo de Gobierno.


Pero esta no es, ni mucho menos, una opinión generalizada. Voces críticas con los planes de movilidad del Ayuntamiento se han hecho oír en los últimos días, y se han intensificado con la presentación del proyecto de la segunda fase de la línea 1 del tranvía. Es el caso de la Asociación de Vecinos Zaragoza Antigua.


Su portavoz, Marisa Verde, asegura que se les está desprestigiando, y que su postura es apoyada por numerosos colectivos vecinales y de comercio en la zona. «Al principio se iba a dejar un carril de entrada desde Echegaray hasta Predicadores, y ahora nos lo quitan», lamenta. De esta forma, asegura, «nos dejan sitiados, pero vamos a intentar evitarlo». De hecho, ya han presentado ante el Justicia de Aragón sus primeras quejas.


Para Marisa Verde, se trata de calles «muy despotenciadas, donde el comercio desaparecerá». Aunque ni siquiera este colectivo, el de las tiendas y negocios de la zona, está unido en su postura frente al tranvía y si desde la Federación ECOS se han dejado la voz en criticar los planes del Ayuntamiento, otras asociaciones lo han defendido.