PARA EVITAR EVENTUALES DERRUMBES

El Ayuntamiento hará inspecciones extraordinarias en edificios históricos

Los técnicos confirman que la vegetación que crecía en la techumbre fue la causante del desplome del alero de Pontoneros.

Desprendimiento del Antiguo Cuartel de Pontoneros
El hundimiento de un alero corta la calle Madre Rafols en Zaragoza
H.A.

Una vez pasado el susto -la «desagradable sorpresa», para el Ayuntamiento-, este miércoles comenzaron a instalarse andamios en la fachada de las antiguas viviendas de los mandos de Pontoneros, después de que el martes se desplomaran once metros de su alero. Este jueves continuarán los trabajos para asegurar la techumbre y galerías del edificio de Madre Rafols, que se encuentra apuntalado prácticamente en su totalidad.

Los técnicos municipales confirmaron que la causa del desplome fue la acción de unos ailantos que crecieron en el mortero junto a las tejas y dejaron el alero sin sujeción. Así lo explicó también el mismo alcalde Belloch, que anunció que el Ayuntamiento, aunque ya realiza «evaluaciones periódicas a los inmuebles históricos desocupados, añadirá otra inspección extraordinaria para comprobar su estado actual».

Entre esos edificios, el alcalde citó la Harinera y la Imprenta Blasco, además del Palacio de Fuenclara, aunque en este caso indicó que «a ojo» no presenta ningún problema porque sus fachadas han sido recientemente arregladas.

Reconstrucción del chaflán

El propio alcalde también aseguró este miércoles que hay partida presupuestaria para reparar el alero, si bien precisó que, aunque no la hubiera, «todos los temas de urgencia se pagan siempre». Con este objetivo, operarios de la empresa encargada de la rehabilitación, Construcciones Amado Terrén, recogieron este miércoles los cascotes desprendidos con la intención de reutilizar aquellas piezas que hubieran quedado 'ilesas'. Según la arquitecta municipal, Úrsula Heredia, volver a montar el alero -una vez garantizada la sujeción de la techumbre- no presentará excesivas dificultades, dado que se cuenta con el diseño y el dibujo del resto de la fachada de los números 8, 10 y 12 de Madre Rafols.

En el edificio siniestrado, que estaba llamado a jugar un papel protagonista dentro del 'Territorio Erasmus' del proyecto de 2016, fue construido a finales del siglo XIX y adquirido por el Ayuntamiento en 1972. Desde hacía cuatro años se venía trabajando en su reforma, aunque sin continuidad, conforme se iba obteniendo financiación. Los últimos trabajos se realizaban en la parte trasera del inmueble, en concreto en las cubiertas, fachadas y galerías, que son las que más deterioro presentaban y que acostumbraban a estar ocupadas por transeúntes.

Después de que en 2008 se adecentara la esquina de estas viviendas -se aprecia a simple vista el ladrillo limpio y el alero reconstruido-, los trabajos de rehabilitación se trasladaron a la parte posterior del edificio.