PROBLEMAS EN UN EDIFICIO DE 64 PISOS
Los vecinos de otro edificio de Cuarte denuncian también graves filtraciones
Las grietas cada día son más profundas y temen que estén dañando ya los cimientos y en un corto plazo se acabe derrumbando.

Los vecinos de otro edificio de Cuarte de Huerva, esta vez de la calle de Rambla, se quejan de la cantidad de filtraciones que sufren. En este caso no lo achacan al manantial subterráneo, sino a una mala edificación. Por ello, no han dudado en denunciar a la empresa constructora.
Grietas, goteras, inundaciones, manchas de humedad, mohos, bacterias, malos olores y podredumbre se han convertido en los nuevos inquilinos. Y como la humedad es la causante de la mayoría de los derrumbes de los edificios, estos propietarios han comenzado a temer por el suyo.
Además, estas goteras están determinando el proceso de envejecimiento prematuro de las construcciones. «La casa solo tiene tres años y parece que tenga treinta», denuncia Susana Esteban, una de las afectadas.
Un edificio de 64 pisos
Los vecinos de los 64 pisos de este edificio cuartano creen que en estas humedades estructurales pueda estar el origen de graves problemas en la edificación. De hecho, aseguran que ya están causando la pérdida de solidez en los muros de carga lo que a corto plaza «afectarán directamente a la seguridad de unas viviendas que tan solo tienen tres años».
Los trasteros son los que han salido peor parados. «Hay unos boquetes tremendos en la pared, que poco a poco se va cayendo», señaló Martín Acero. «Algunos vecinos los han dejado de alquilar porque no podían meter nada en ellos», añadió Susana. En estos espacios se puede encontrar un moho verde muy desagradable y maloliente.
Las goteras también se producen en los cuartos de máquinas, lo que está empezando a provocar daños. Asimismo, una de las que están encima de la puerta del aparcamiento es tan grande que caen todo el día gotas al motor de subir y bajar la verja. «Por eso se estropea cada dos por tres», explicaron.
De una de las goteras del parquin cae salitre directamente en la chapa de un coche. Lo ha decolorado totalmente. Por ello, el vecino afectado ha tenido que usar su imaginación e inventarse una canalización para desviarlo. Una botella de plástico unida a un tubo lo consigue. «Pero es una vergüenza que tengan que recurrir a eso», dice Susana Esteban.
El suelo de la plaza de aparcamiento de enfrente también está descolorido. «Esta gotera la produce mi ducha», asegura Martín Acero. «La tuvimos que sellar, pero sigue cayendo», añade. «Algunos vecinos dicen que algún día caeré al parquin con la esponja en la mano», explica, refiriéndose a que temen que un día se desplome el techo del garaje.
Los sumideros de las terrazas también tienen defectos. Las caídas no están hacia los sumideros, sino hacia la casa. «Es como una broma, cuando llueve se mete todo el agua en casa», afirma Susana Esteban. «A nosotros se nos levantaba todo el parqué», señala. «Después de mucho quejarnos conseguimos que nos lo cambiaran, pero otros siguen con el problema», añade.
También problemas en la piscina
La piscina también está causando problemas. No solo se filtra en el garaje y los trasteros de los propietarios, sino que «también está afectando a la comunidad de al lado», comenta Susana.
«Por supuesto, a la hora de construir la segunda fase pusieron solución a estos problemas, pero nosotros tenemos que pagar el pato», se queja Martín.