PERSONAJES

De alcalde de Jaulín a pintor 'amateur'

Alfredo Burillo, ex primer edil del pueblo, se ha hecho popular por sus retratos y réplicas de obras célebres.

Alfredo Burillo, fotografiado en su cochera, trabaja ahora en un retrato de Kate Middleton.
De alcalde de Jaulín a pintor 'amateur'
CINTIA SARRíA

Cada pueblo tiene un vecino popular, y el de Jaulín se llama Alfredo Burillo. A sus 80 años, asegura que siempre ha sentido algo especial por la pintura, afición a la que se dedica a fondo desde que dejó la alcaldía en 1995. Burillo fue el primero en ganar las elecciones municipales, en 1979. Hecho que le ha valido el reconocimiento de sus vecinos. En su merecida jubilación ha convertido la cochera de su casa en una galería de arte, si se obvia que en ella guarda el tractor. En las paredes, sin marco alguno, están varios de sus cuadros, la mayoría son réplicas de obras célebres. También hay retratos, el más reciente el de Kate Middleton, la esposa del príncipe Guillermo, en el que ahora trabaja.


«Nadie me ha enseñado a pintar, es que me gusta», señala Burillo, si bien confiesa que en la escuela el maestro vio que dibujar se le daba de maravilla y le enseñó algunos truquillos. Fue alcalde entre 1979 y 1995, periodo en el que admite que debido a su responsabilidad en el Ayuntamiento y las labores en el campo apenas pudo coger el pincel.


La cochera es su santuario, el espacio en el que se entretiene pintando y se relaja. «Ahí paso las tardes, es donde mejor estoy», afirma. Todos los días se pone a trabajar tres horas, de 16.00 a 19.00. Fruto de su esfuerzo, las paredes, antes desnudas, muestran 'Las meninas', 'La última cena' o 'La gallina ciega', realizadas por él inspirándose en las obras que inmortalizaron Velázquez, Da Vinci y Goya. Burillo reconoce que lo suyo es el arte clásico, no le convencen ni la vanguardia ni la abstracción.


«El perro te mira en cualquier sitio, da igual dónde te pongas», comenta en alusión a los ojos de la mascota de 'Las meninas'. Cuando habla se nota que ama su 'hobby' y que siente un profundo orgullo. Es un pintor autodidacta que ha aprendido con la práctica. El anciano sonríe al enseñar su paleta de colores, en realidad una baldosa a la que ha dado la vuelta.


Como jaulinero «de pura cepa», el ex alcalde no ha dudado en pintar su pueblo. Y enseña un lienzo en el que aparecen la balsa del municipio, un conjunto de casas, San Blas, San Marcelino y la Virgen del Rosario.


Le encantan el estilo de los artistas italianos y el del genio de Fuendetodos, al que ha rendido tributo con lienzos de 'El quitasol' y 'La nevada', colgados en su vivienda, en la que no faltan los cuadros de su mujer, ya fallecida, y su hija. Si le preguntan por su obra favorita, Burillo se decanta por la de la nueva Lady Di británica, de momento sin terminar. «Me ha salido muy bien», resalta. La musa le visitó cuando ojeaba una revista del corazón que incluía numerosas fotografías de la boda real. El de Kate Middleton no es el único retrato que ha hecho de miembros de la aristocracia. El casino de Jaulín está decorado con uno de los Príncipes de Asturias y otro de Letizia Ortiz.


Su dominio de la pintura ha propiciado que los vecinos le hagan encargos de vez en cuando. Como el de una mujer que recientemente le solicitó que hiciera un dibujo de su sobrino. María Pilar Burdío, teniente de alcalde de Jaulín, apunta en ese sentido que los habitantes de la localidad piden cuadros, ya sean retratos o paisajes, para familiares y conocidos. Añade que hace unos años, con motivo de las fiestas del Árbol, organizaron una exposición sobre el legado artístico de Burillo.


Paqui Díaz, propietaria del bar del casino agrícola, ha sido una de las agraciadas con un retrato que incluye la firma A. Burillo en la esquina inferior derecha. En el local pasan el rato los mayores de la localidad. Juegan a las cartas, toman cervezas y ven la televisión. La afición de Burillo ya no es el tema de conversación favorito, ha sido desbancado por el mal estado de la carretera A-2101, que conecta Jaulín con Botorrita y Fuendetodos. A Burillo le gusta pintar cosas bonitas, de ahí que no contemple hacer lo propio con la vía.