Ya se han colocado y están en funcionamiento los 327 nuevos parquímetros que regulan las zonas azules y naranjas en la ciudad. Ahora solo falta retirar algunos de los antiguos aparatos y dar unos pequeños retoques a los que ya están instalados. De hecho, en los últimos días han surgido dudas sobre si la inclinación y la orientación de los paneles solares que coronan los parquímetros es la más conveniente. Según las recomendaciones de la normativa vigente en pro de la eficiencia (existen normas ISO a nivel europeo) deberían estar colocadas mirando hacia el sur, pero no siempre es así.

Desde la empresa concesionaria, Z+M (formada por Vinci Park y el grupo Mariano López Navarro), explican que la prioridad era acabar toda la instalación y que, ahora, se reorientarán algunos de los paneles para que les dé el sol el máximo de horas posibles al día. «Evidentemente se han buscado las ubicaciones idóneas, pero hay calles en las que los edificios o los árboles lo impiden», explican en Z+M, donde también comentan que los postes de estos paneles son móviles y se pueden girar y extender antes de fijarlos definitivamente.

«Los parquímetros se alimentan exclusivamente por energía solar, así que carecen de cualquier conexión eléctrica externa. Esa era una exigencia en el contrato municipal», explican fuentes municipales que optaron por estos aparatos fundamentalmente por dos razones: son más sostenibles (no consumen electricidad procedente de la red) y su instalación no requiere obras importantes. Cada vez que se instala un aparato conectado a la red eléctrica (estaciones bizi, contenedores soterrados, marquesinas...) es necesario un trámite burocrático-administrativo con Endesa y con el Consistorio, mientras que con estos parquímetros ha bastado con que el servicio de Movilidad los aprobara y supervisara sus emplazamientos.

Aunque con las energías renovables también sea conveniente pretender su eficiencia, es cierto que Zaragoza no es una ciudad que suela tener problemas de horas de luz.

De hecho, estos mismos aparatos funcionan sin problemas en muchas ciudades, incluso del norte de Europa, con menos días de sol y menos horas de luz diurna. Si cuatro o cinco días consecutivos amaneciera nublado o si no parara de llover en dos semanas, los parquímetros funcionarían igualmente gracias a un sistema de baterías internas en los que se acumula toda la energía que reciben y no consumen. Estas baterías, además, duran la friolera de año y medio, así que no es previsible que -salvo apocalipsis- las máquinas dejen de prestar servicio y de cobrar los estacionamientos en las 6.777 plazas que regulan.

Por otro lado, y una vez concluida la total instalación de los nuevos parquímetros, la concesionaria Z+M comenzará esta misma semana (cuando el Ayuntamiento dé el permiso para rebajar parte de las aceras) las obras de construcción de los primeros puntos de recarga de vehículos eléctricos que dispondrá la ciudad. Serán gratuitos hasta finales de año (por aquello de fomentar el uso de un transporte limpio) y se ubicarán en la plaza de Los Sitios (frente al museo) y en la avenida César Augusto, a la altura del Teatro Fleta.

Falta dar 'el estirón'. La altura de los postes de los parquímetros es regulable. Aunque se ha buscado su ubicación más idónea, en los próximos días se revisarán, girarán y volverán a fijar algunos de los paneles.

Sostenible y entre ramas. Edificios y árboles son muchas veces los obstáculos que impiden que las placas se orienten según dictan las recomendaciones ISO. Sin embargo, por pocos rayos de luz que reciban, los parquímetros funcionan correctamente y acumulan energía.