Las tres primeras semanas de funcionamiento del nuevo radar para zonas 30 han permitido comprobar que a los taxistas les está costando algo más adaptarse a los nuevos límites de velocidad en las calles de un único sentido. De hecho, entre los primeros conductores cazados por el nuevo velocímetro figuran unos cuantos profesionales del transporte público. «En una mañana, hemos llegado a multar a cuatro seguidos», explicaba el pasado jueves en un control uno de los operarios del radar.

Por su parte, los taxistas han empezado a adoptar sus propias medidas. Y a través de la emisora que llevan en el vehículo informan puntualmente al resto de compañeros de la ubicación de estos controles.

La Policía Local reconoce que son los motoristas los que antes se percatan de su presencia en la calzada. «Representan solo el 20% de los sancionados», aseguran los funcionarios de la Unidad de Prevención y Seguridad Vial. Para evitar que los motoristas puedan eludir el velocímetro, los agentes prefieren coger a los vehículos desde atrás. «De esta manera, no podemos pararles para comunicarles la denuncia. Pero hay que hacerlo así, porque las motos no llevan matrícula por delante y no saldría en la foto», dicen.