La Policía Nacional logró detener ayer al atracador de un banco apenas treinta minutos después de que hubiera cometido el asalto. El robo se produjo sobre las 12.45 en la sucursal del Banesto de la calle de la Torre Nueva y antes de las 13.30 y tras un importante despliegue policial que se dejó notar en parte del Casco Histórico de la ciudad, el delincuente ya había sido arrestado en la plaza de San Pedro Nolasco.

Según explicaron fuentes policiales, un hombre de mediana edad que ocultaba el rostro con un pasamontañas, entró a la entidad bancaria armado con una escopeta y, tras intimidar al cajero, le exigió el dinero. Tras conseguir una cantidad cuya cuantía no ha trascendido, el ladrón se marchó andando tranquilamente, en dirección a la plaza del Pilar. Al llegar a la altura de la cafetería Hispanidad, se deshizo de algunos objetos y continuó su ruta en dirección a la calle de Don Jaime I. Muchos viandantes vieron los coches policiales que con las sirenas y luces puestas, intentaban localizarlo. Al final, lo arrestaron en San Pedro Nolasco.

Mientras tanto, otros agentes se entrevistaban con los trabajadores del banco, ninguno de los cuales sufrió daño alguno, salvo el susto de rigor.

«El hombre entró aprovechando que la gente salía y no tuvo que aguardar a que le abrieran las dos puertas de seguridad. Según me han contado, estaba muy tranquilo, se acercó al que estaba en la caja y, llevándose el dedo índice a la boca, le hizo un gesto para que guardara silencio. Llevaba una escopeta con cañones recortados y, cuando le dieron el dinero, se fue como si no hubiese pasado nada», explicó un cliente del banco.