VIOLENCIA DOMÉSTICA

Piden 13 años de cárcel para un joven acusado de agredir y vejar a su novia

Los hechos se produjeron presuntamente durante el tiempo que la pareja estuvo viviendo en casa de los padres de la víctima.

 José María Z. O. fue juzgado ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza acusado de un delito continuado de agresión sexual por el que el fiscal le pide diez años y medio de prisión y otro de maltrato habitual por el que solicita tres años de cárcel. La acusación particular, en nombre de la víctima, reclama once años por la agresión sexual y tres por el maltrato, además de seis meses de prisión por otro delito de amenazas. La defensa, por su parte, espera la absolución de su cliente.


Los hechos que fueron ayer juzgados se produjeron entre marzo y junio de 2008, tiempo durante el cual el inculpado mantuvo una relación sentimental con una mujer. Según el escrito del fiscal, al principio todo fue bien, pero a partir del segundo mes «el procesado comenzó a tratar a su pareja de forma despectiva». Este trato incluía insultos, vejaciones, humillaciones y violencia física cuando ella no accedía a sus pretensiones, según las acusaciones.


La situación empeoró cuando, a principios de mayo de 2008, el procesado se fue a vivir a casa de los padres de ella. «Aunque dormían en habitaciones separadas, José María Z. se colaba de forma habitual en la habitación de su pareja y la obligaba a mantener relaciones sexuales, según la acusación. Cuando debido al estado nervioso de la joven él no podía consumar la relación, reaccionaba con golpes e insultos. Entonces, según las acusaciones, la agarraba del cuello y le decía: «No grites que te van a oír tus padres, y ya sabes que si nos pillan te mato».


Todo esto iba acompañado de golpes en la cara y en los glúteos que ella ocultaba a sus padres. Además, le pedía con amenazas el dinero que ganaba y, según la víctima, lo malgastaba.


La situación cambió cuando el padre de ella lo echó de casa. Esto ocurrió cuando, según las acusaciones, José María Z. O. ya no ocultó el trato vejatorio y delante de los padres de la joven la llamaba gorda, inútil, imbécil, cabrona o jamona.


A partir de ese momento, la joven sufrió estrés, insomnio, problemas estomacales y un ataque de ansiedad, todo esto previamente a contar a sus padres lo ocurrido. Cuando lo hizo, ellos la ayudaron a denunciar ante la Policía lo ocurrido.


Por su parte, la defensa niega los hechos y los atribuye a problemas psicológicos de la mujer.