RIBERA ALTA DEL EBRO

Los 3.000 vecinos de Gallur disfrutan del agua de Yesa seis meses después de lo previsto

El abastecimiento, que se esperaba para el pasado verano, llegó el 29 de enero al retrasarse la puesta en marcha de la potabilizadora.

Los vecinos de Gallur disfrutan por fin de agua de boca procedente de Yesa. El conjunto de la población, de 3.000 habitantes, recibe abastecimiento del embalse de La Loteta desde el 29 de enero, festividad de San Valero. La mejora en el suministro llega con seis meses de retraso, ya que el Ayuntamiento confiaba en que fuera una realidad el pasado verano. El problema residió en que costó más de lo previsto poner en funcionamiento la nueva potabilizadora.

El Consistorio asegura que el 100% de los hogares ya pueden beber del grifo agua de calidad, un cambio sustancial respecto a la que tomaban hasta ahora una vez era tratada la del río Ebro, «peor por las sales que contenía», destacó el alcalde, Antonio Liz (CHA). La administración ha comunicado, por la radio municipal y la televisión por cable, la noticia a los galluranos estos últimos días. La sensación general es de satisfacción por el 'cauce' entre Yesa, a través de la acequia de Sora y La Loteta, y la localidad de la Ribera Alta. Preguntada por si apreciaba la diferencia, Pilar Domeque, de la Asociación de Mujeres María Domínguez, explicó que «sí que se nota». «El agua aquí era malísima, muy dura, con mucha cal», comentó.

En esa línea, Ángel López, de la Asociación Cultural Alborada, dijo que esa agua no resultaba apropiada «ni para beber ni para ducharse, especialmente en verano». Eso sí, admitió que aún no había probado la de Yesa, si bien señaló que «todo lo que suponga un avance para el pueblo» es visto con buenos ojos. De la misma opinión fueron José Galindo y Lucía Navascués.

El primer edil subrayó que el agua de La Loteta eleva «el nivel de bienestar de Gallur» y constituye un «salto importante» en ese sentido. El proceso para conseguirla no ha sido sencillo, al contrario. Liz lo calificó de «enrevesado y complejo», aunque al final haya merecido la pena. Y mencionó que la corporación ha tenido que afrontar «ciertos inconvenientes».

En febrero de 2010, el alcalde informó a este periódico de que la previsión era que el agua de Yesa llegara a las viviendas en un plazo de unos tres meses. Como se ha expuesto, no fue así. La razón, que hacía falta instalar una nueva línea eléctrica que posibilitase la plena operatividad de la potabilizadora, según explicó ayer. La redacción del proyecto se demoró. Previamente hubo que construir esas instalaciones para adecuar las insfraestructuras de Gallur y firmar un acuerdo con la sociedad Aguas de la Cuenca del Ebro (Acuaebro) con objeto de garantizar el futuro abastecimiento. El núcleo ya mostró su interés por Yesa en 2001, cuando no habían finalizado las obras en el emblase de La Loteta.

Inversión estatal

La nueva potabilizadora está ubicada al lado de unos depósitos cerca del cementerio municipal. La inversión superó los 180.000 euros, sufragados con parte del Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local del pasado ejercicio. El coste de la línea eléctrica que la ha puesto en marcha ascendió a 20.000 euros, sacados de remanentes de tesorería del Ayuntamiento.

La antigua planta se encuentra junto al Ebro, a pide de toma de agua, y se va a mantener como sistema alternativo en caso de hipotéticas interrupciones del suministro de Yesa. Una ventaja añadida de la potabilizadora recién estrenada es que puede tratar también el agua del río, mejorando su calidad.