Oposición al recorte del bus en Casablanca y Santa Isabel

La propuesta técnica defiende la supresión de la línea 45, pero el Ayuntamiento se plantea reducirla al igual que la 20, 30, 40 y 53.Los usuarios de la 35 aplauden la ampliación del itinerario hasta el Seminario, pero exigen que se mantengan las actuales frecuencias.

Nuevo trazado de la línea 35
Los vecinos de Casablanca y Santa Isabel se oponen al recorte de líneas de bus por el tranvía
HERALDO

La propuesta del Ayuntamiento de recortar y modificar hasta siete líneas de autobús de la ciudad por la llegada del tranvía ha sublevado a los vecinos tanto del norte de la ciudad (Santa Isabel y avenida de Cataluña) como del sur (Casablanca y entorno de Vía Ibérica). Unos y otros denuncian que no se ha consensuado nada con ellos y alertan de que, si finalmente se aprueban los cambios recogidos en el informe técnico, podrían volver a salir a la calle. Las modificaciones en la red de Tuzsa se llevarán hoy al Gobierno de la Ciudad y la previsión es que se apruebe, pero este extremo se concretará en la propia reunión.


Una de las propuestas que más rechazo ha suscitado es la desaparición de la línea 45 (Santa Isabel-Casablanca) recogida en la propuesta técnica, encargada a la consultora especializada ETT y que ha servido de base al equipo municipal. Fuentes oficiales del Ayuntamiento aseguraron ayer que el trazado no se va a suprimir, aunque a la Federación de Asociaciones de Barrios y a la Unión Vecinal Cesaragusta se les ha transmitido que la mitad del trazado desaparecerá para no solaparse con el tranvía. Y como la 32 está saturada, se mantendría el itinerario desde Santa Isabel hasta la plaza de Paraíso.


Lo mismo se pretende hacer con los trazados de la 20, 30 y 40, mientras que la 53 se cortará por el lado inverso, en la plaza del Emperador Carlos V, para que tampoco circule por el mismo eje del tranvía. Mientras, la 35 pasará a circular por el eje de la avenida de Valencia para llegar hasta el Seminario (lo que ahora hace el 40) y la C5 también se ampliará para asumir el trazado de la 20 por Casablanca.


En este último barrio se sienten «totalmente desamparados». El presidente de la asociación vecinal, Gonzalo Martínez, insiste en que pidió formalmente a los responsables municipales que mantuviesen la línea 20 hasta que se complete el tranvía, previsto para mediados de 2013. «Ahora, un vecino que viva en Casablanca tendrá que hacer tres trasbordos para cruzar Zaragoza. Una señora mayor que viva en la calle de Fanlo tendrá que coger la lanzadera, luego esperar al tranvía y después recorrer a pie lo que haya hasta la plaza de España y coger otro autobús. Es de locos», denunció.


Los nueve colegios de esta zona han escrito al alcalde para pedirle, entre otras cosas, que las paradas del tranvía interfieran lo mínimo posible en la rutina de sus 9.000 alumnos. Además, en la zona hay cuatro residencias de ancianos, especialmente limitados. «Ha sido un cúmulo de despropósitos. Las paradas de autobús se han llevado al final del Canal, y no a la Fuente de los Incrédulos, y entre algunas paradas del tranvía hay 700 metros. Aquí, el 70% de la gente es mayor, pero ni eso han tenido en cuenta», insistió Martínez.


A priori, tampoco ven viable la supresión de la 45 los usuarios de Santa Isabel y de la avenida de Cataluña. «Dicen que se solapa con la 32, pero esta va saturada y no podría soportar un desembarco de nuevos usuarios. Si la coges a la altura del puente del Gállego a las 7.30, ya no te puedes ni sentar. En otras paradas ni para», aseguró José Ramón Villalba.


En su caso, se queja de que el Consistorio ni siquiera se ha reunido con ellos. «Nosotros veríamos factible, por ejemplo, que pusieran una lanzadera desde la plaza de Mozart hasta el barrio, pero como no nos consultan...», añadió.


Los recortes de la 30 y la 40 sí son asumidos por los vecinos de San José y Las Fuentes.


Conectar las sedes municipales


La ampliación de la 35 es la única medida que convence a los vecinos, sobre todo a los del Arrabal. «Nos parece bien que se amplíe el recorrido hacia el Seminario, porque será la única línea que conecte las dos sedes del Ayuntamiento», explicó Rafael Tejedor, de la asociación de vecinos del Arrabal. «Ahora bien, deben garantizarse las frecuencias, mantenerse los articulados y una franja horaria amplia, como ahora», concluyó.


La Federación de Barrios, por su parte, está satisfecha con el mapa propuesto. «Nos hemos sentido escuchados y se han podido modificar muchos de los planteamientos iniciales, lo que favorece a los vecinos», destacó su máximo responsable, Félix Moreno.


En la misma línea se pronunció el presidente de la Unión Vecinal, Manuel Ortiz, quien incidió en que recortar líneas que ha costado conseguir «no es lo mejor para la ciudad», aunque a renglón seguido dijo que la irrupción de un nuevo medio de transporte obliga a trastocar el mapa de Tuzsa. Ortiz apuntó también que se ha tenido en cuenta una de sus principales propuestas, la de ampliar la línea 35 para cubrir el polígono Universidad y el Seminario. «Estamos medianamente satisfechos, porque esa zona no podía quedar desasistida. Pero ya le hemos transmitido al Ayuntamiento que nos facilite con tiempo la reordenación total de la red de Tuzsa porque tendrá muchas más afecciones», añadió.


Por su parte, el portavoz de CHA, Juan Martín, pidió la convocatoria urgente de la comisión de Servicios Públicos para debatir la reordenación del transporte público tras la puesta en servicio del tranvía: «Se han pasado por la gorra varios acuerdos aprobado por unanimidad en el pleno municipal de noviembre de 2010 que les obligaban a presentar este plan antes de finales de enero de 2011».