TRANSPORTE PÚBLICO

Comienza el recorte de autobuses en Zaragoza y se ultima la reordenación de líneas

El 128 deja de circular, el 48 solo presta servicio dos días y 23, 30, 33, 35 y 40 pierden un vehículo los festivos.

Un adhesivo indicaba ayer que la línea 128 ya ha dejado de circular.
Comienza el recorte de autobuses en Zaragoza y se ultima la reordenación de líneas
ARáNZAZU NAVARRO

El 'tsunami' que revolucionará el transporte público en los próximos meses, con la entrada en servicio del tranvía, protagoniza hoy un nuevo capítulo. Los recortes anunciados en diversas líneas se hacen efectivos desde esta misma mañana con el objetivo de ahorrar unos 2,7 millones de euros a las maltrechas arcas municipales. Además, la consejera de Servicios Públicos del Ayuntamiento, Carmen Dueso, anunció el pasado viernes que el estudio de reordenación del transporte urbano está prácticamente finalizado y que «a la mayor brevedad posible» lo dará a conocer a la oposición. De hecho, Dueso precisó que el equipo de Gobierno recibió un primer borrador el 28 de octubre y, tras revisarlo, los servicios técnicos solicitaron más información, de manera que «ahora ya está casi finalizado».


De momento, la línea 128, que enlaza la plaza de Mozart y Peñaflor, ya ha sido suprimida, aunque su pérdida tratará de compensarse con un autobús extra en la línea 28, que cubre el mismo itinerario. El Consistorio calcula que con esta medida se ahorrarán 1,4 millones, a los que hay que sumar otros 517.000 euros procedentes de la eliminación de la línea C6, que se puso en marcha con las obras del tranvía. Además, las principales líneas de la ciudad (23, 30, 33, 35 y 40) perderán un autobús los días festivos, con lo que también se ahorrarán unos 280.000 euros. Eso sí, este último tijeretazo se hará a costa de empeorar sus frecuencias de paso, si bien el Ayuntamiento calcula que «se incrementará menos de un minuto la frecuencia en horas punta».


Quienes no lo tienen tan claro son los usuarios del bus y los propios trabajadores de Tuzsa, cuyo comité de empresa ha solicitado a la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ) que esté atenta ante estos «recortes y en la medida de sus posibilidades impidan esta pérdida de calidad del servicio».


Javier Anadón, presidente del comité de empresa, recela especialmente del recorte que afecta a la línea 48 y no entiende que «si se quiere dar vida a las riberas y al recinto de Ranillas, de pronto, lo dejen sin conexiones de transporte público». De hecho, el 48 ya solo circulará dos días a la semana, los miércoles y los domingos, para seguir atendiendo al público del mercadillo ambulante de La Almozara. El Ayuntamiento pretende con esta medida reducir el gasto en 282.000 euros y, hasta alcanzar los 2,7 millones de ahorro, se cuenta también con los ingresos del buhobús, que dejó de ser gratis el pasado 14 de enero.


Menos tiempo

Respecto al recorte de autobuses en las líneas más utilizadas por los usuarios de la red de transporte público, Anadón considera que responde «al único objetivo de minimizar los kilómetros que realiza Tuzsa como empresa y entendemos que esta medida solo sirve para empeorar la calidad del servicio que se presta al ciudadano». «La empresa -continúa- reducirá el tiempo para realizar el recorrido y con ello obligar a los conductores a que lo hagan en menos tiempo, aumentando la velocidad del autobús y la productividad, por lo que con menos autobuses, la empresa realizará casi los mismos kilómetros».


El plan elaborado con motivo del desembarco de la Línea 1 del tranvía tratará de evitar que se dupliquen recorridos entre los diversos medios de transporte público, así como de fomentar y facilitar los accesos al tranvía. Todo apunta a que dejarán de pasar buses por Gran Vía y Fernando el Católico, aunque se reforzarán las líneas por el interior de los barrios y 'brotarán' paradas que acerquen a los ciudadanos a las marquesinas tranviarias.


Este es, al menos, el argumento que se le brinda a los vecinos de Casablanca, que exigen una nueva parada del Urbos 3 en lo que ellos consideran el centro del barrio -la calle de Embarcadero- dado que las que hay diseñadas les caen a desmano, incluso, a los 9.000 alumnos de los diez colegios del barrio.


La reordenación de las líneas también ha despertado ciertas suspicacias en el Arrabal y en el Casco Histórico, dado que su anuncio coincidió con el debate sobre la hipotética peatonalización del puente de Piedra. Sin embargo, hasta que se haga público el nuevo plan -que la oposición exige tener pronto para «poderlo analizar y debatir con colectivos sociales»-, todo son meras conjeturas.