Subieron al galope, algo dispersos y desafiando a la climatología. Sin demasiado arrope, pero con valentía. En total, fueron doce los jinetes que ascendieron ayer al Santuario de Nuestra Señora de Magallón (Leciñena), situado en lo alto de la sierra de Alcubierre, con el objetivo de cumplir con la vigésima conmemoración de la batalla del Llano.

Aunque han pasado más de 200 años del episodio bélico, la cabalgada guardó varias similitudes con la ofensiva original. De nuevo, faltó apoyo y en el tramo final, el grupo se dividió. No obstante, alrededor de medio centenar de personas esperaron a los jinetes en la explanada del templo y, todos ellos, les brindaron el mejor recibimiento posible. La batalla del Llano, que tuvo lugar el 24 de enero de 1809, se libró entre Leciñena y Perdiguera y fue una lucha desigual en la que las nutridas tropas de Napoleón Bonaparte arrollaron a un grupo de heroicos voluntarios que pretendían entorpecer el Segundo Sitio de Zaragoza.

En este caso, la mayor desventaja a la que se enfrentaron los participantes fue la densa niebla y la amenaza de lluvia, que deslució el acto e hizo disminuir el número habitual de asistentes. «El mal tiempo e, incluso, la repetición de la actividad han podido dejar a muchos en casa. No obstante, nuestro objetivo es preservar la tradición», admitió Gonzalo Murillo, integrante de la Asociación de Nuestra Señora de Magallón, organizadora del acto.

A pesar de estas dificultades, los jinetes, que procedía de Zaragoza, Peñaflor, San Mateo o Tardienta, se mostraron muy satisfechos. Así, Enrique Almazán, de la capital aragonesa, se manifestó «encantado». «Los vecinos de Leciñena nos brindan una gran acogida y hacen que disfrutemos de un completo fin de semana», señaló. En su caso, ascendió hasta el templo a lomos de Manuel, un ejemplar de 18 años, los mismos que lleva participando en la preservación de esta tradición. Otro experimentado participante fue Domingo Aznar, protagonista del popular desafío hombre contra caballo de la localidad de Lanaja (Huesca). «Llevo ya cinco o seis años viniendo ya que la compañía es muy agradable y el ambiente inmejorable», subrayó. En su caso, acudió acompañado de su hija, Raquel Aznar, y ambos completaron con brío los tres kilómetros existentes entre el pueblo y la explanada del templo.

Contribuir a la rehabilitación

Tras la cabalgada, los actos, que tienen el objetivo de dar a conocer el santuario de la Virgen de Magallón y su historia, se completaron con la celebración de una eucaristía, una comida popular así como una ponencia a cargo de Javier Bagués, uno de los impulsores de esta conmemoración. El colectivo organizador, integrado por alrededor de 220 socios, tiene como fin contribuir a la rehabilitación del santuario y actualmente está inmerso en el acondicionamiento de una nueva sala de uso vecinal. La acción conjunta de la asociación y el Ayuntamiento ha logrado convertir este edificio en albergue así como remodelar las salas principales. En la última remodelación del entorno, el consistorio ha invertido más de 98.000 euros.