AGRICULTURA

El nuevo fenómeno de los minihuertos de alquiler echa raíces en Zaragoza

Por 20 euros al mes se ofertan parcelas de 50 m2 con toma de agua y listas para cultivar.

Todo parecen facilidades: se incluye el agua, los aperos de labranza, se reciben consejos para la siembra e, incluso, hay una parada de bus cercana. Otra cosa será el provecho que cada cual consiga sacar de su parcela porque, ya se sabe, "hortelano tonto, patata gorda". La fiebre por la agricultura ecológica continúa extendiéndose por Zaragoza con una iniciativa tan novedosa como singular: el alquiler de pequeños huertos, a pocos kilómetros del centro, con precios de lo más ajustado: 20 euros al mes los 50 metros cuadrados. Esta cantidad incluye el agua -con un sistema de riego por bomba que permite un programador por goteo-, los aperos de labranza y el asesoramiento, con charlas y conferencias, por parte de expertos de qué ha de sembrarse en cada momento o cómo actuar para evitar las plagas. En un terreno agrícola de unos 16.000 m2 en la carretera de Castellón, detrás del depósito de la grúa municipal, ya se están parcelando lo que serán unos 180 huertos de los que cuales, y sin apenas promoción, ya hay 65 reservados.


Además, está previsto que se levante una pérgola para tener una zona común donde poder 'alparcear' e, incluso, tomar un refrigerio y se va a habilitar un espacio con grava como aparcamiento, aunque las líneas de bus 24 y 38 dejan prácticamente en la puerta.


"El problema siempre era que las parcelas eran demasiado grandes, la tierra era mala, no estaba preparadas para el cultivo y, sobre todo, que la gente quería tener un huertito como entretenimiento pero que no le obligara a grandes sacrificios", explican los promotores de la iniciativa, que insisten en que la idea es que "sea una alternativa de ocio, que en ningún momento tener una parcela resulte un compromiso gravoso al que dedicarle muchas horas". "Se puede ir todos los días o, simplemente, quitar las malas hierbas cada dos o tres semanas y dejar conectado el riego por goteo", comentan los precursores de la idea.


Los huertos estarán abiertos todo el año (vallados y balizados, cada cual creará su cerramiento que no puede ser de obra) y los usuarios deciden lo que quiere hacer con sus 50 metros "que son más que suficientes para que una familia plante las verduras u hortalizas que prefieran". También, claro, se pueden coger dos parcelas conjuntas (con rebaja de precio: (100 metros cuestan 35 euros) y se disfrutará también de descuentos en la compra de semillas, plantas y herramientas en determinados viveros.


Los tratamientos que se apliquen deberán estar autorizados por el Ministerio de Agricultura, así como la balsa cuenta con los permisos de la CHE, y habrá herramientas (azadas, rastrillos, palas...) a disposición de los usuarios. El perfil de quienes se han interesado es variadísimo: gente joven volcada con la agricultura ecológica, jubilados que no quieren ser 'acereros' (los que pasean por las aceras buscando obras que mirar), amas de casa o profesionales de otros sectores con la intención de desconectar o establecer contacto con la naturaleza.


Ángel Blasco y Avelino Navarro, por ejemplo, son dos de los primeros interesados que ya han reservado sus parcelas, "a sotavento, que es la mejor orientación". Anteriormente miraron terrenos en Juslibol pero "eran imposibles por las expectativas de las recalificaciones". Ávidos por empezar a sembrar, han visitado un par de veces las instalaciones y los 50 m2 les parece suficiente porque "antes te 'eslomabas' para cultivar pimientos, por ejemplo, y luego te sobraban y acababas regalándolos los demás", comentan.


Un paso más allá


Aunque la idea de crear huertos de alquiler en Zaragoza echó raíces hace siete meses, en otras ciudades el éxito de este tipo de iniciativas se prolonga ya por más de tres años. En fincas y masías de Reus o Gavá, por ejemplo, la buena acogida de estos huertos ha animado a sus responsables a ampliar y diversificar el negocio. Así, por ejemplo, ofrecen "gallinas ponedoras en renting con opción a compra", aunque ya en los ecohuertos del Aula Dei, en la carretera de Montañana, se alquilan pequeños gallineros, de unos 100 m2, con 15 animales que corretean y cacarean a sus anchas.


En algunas webs se comercializan, incluso, huertos 'on line', que no son sino el colmo de la comodidad porque están pensados para quienes no disponen del tiempo suficiente: personal especializado gestiona su parcela y envía periódicamente a su correo electrónico imágenes de cómo evolucionan los cultivos o cómo se proyecta el sol sobre el membrillo.