Distrito Universidad

"Las calles parecen un campo de minas"

Las zonas por las que se desvió el tráfico con las obras tranviarias han quedado destrozadas por el paso continuado de los autobuses.

El asfalto hecho trizas en Arzobispo Apaolaza.
"Las calles parecen un campo de minas"
ESTHER CASAS

Si Zaragoza es heroica e inmortal, lo que han aguantado algunas de sus calles los 16 meses de obras del tranvía no es menos épico, noble, leal... Varias vías interiores del distrito de Universidad -Baltasar Gracián, Arzobispo Apaolaza, Pedro Cerbuna...- han tenido que absorber durante más de un año el intensísimo tráfico del eje de Gran Vía y Fernando el Católico. El firme luce las heridas de guerra, socavones, hundimientos y parches mediante, y el Ayuntamiento confirma que intervendrá en ellas aunque sin precisar ni viales ni fechas de ejecución.

"Puedes elegir qué grieta pisar, esto parece un campo de minas", comentaba ayer una vecina de Corona de Aragón, esperando un bus en una de las paradas provisionales que hoy desaparecerán. "Aunque el tranvía será positivo para el distrito Universidad, las calles interiores del barrio han sido las grandes represaliadas por ruidos, humos, atascos...", continuaba. Los motoristas son los más críticos con el actual estado del firme porque "vas de bote en bote y si no conduces con cuidado te puedes ir al suelo en menos que canta un gallo", explicaba ayer Félix Blasco, alumno de la Universidad que acostumbra a ir a clase en motocicleta.

Junto a sus amigos, Blasco realizaba la siguiente 'cuenta de la vieja': "Cada cinco minutos pasan por Arzobispo Apaolaza entre 20 y 25 autobuses. Cada cual -sin contar los articulados- viene a pesar unas 12 toneladas. ¿Cuántos kilos de más han soportado estas calles cada día? ¿Y durante tantos y tantos meses?". La solución a sus enigmas -solventada a grandes rasgos y evidentemente no de forma científica- arroja una cifra de casi 17 millones de toneladas de peso, solo provenientes de los buses públicos, las que, por ejemplo, el 'zig zag' de Corona de Aragón ha tenido que soportar. "Así es normal que se hayan hundido alcantarillas y que haya habido socavones", se quejaban los vecinos, capaces -incluso- de señalar hasta siete nuevas zonas en las que el asfalto parece estar a un tris de venirse abajo en Arzobispo Apaolaza. Los comerciantes de la zona creen que el mayor tránsito de gente por el interior del barrio ha podido "aportar visibilidad" a sus comercios pero dicen que no han aumentado las ventas y que las molestias de ruido de motor o, incluso, de suciedad en las fachadas por los humos "no compensan". De hecho, la asociación vecinal Cesaraugusto confía en que una vez ha pasado 'el trago' el distrito Universidad se adecente "más allá de los parcheados y remiendos de urgencia con los que hasta ahora se han venido solventando las afecciones".

Fuentes de Urbanismo confirmaron ayer que ya está trabajando un grupo de técnicos que ha de señalar que calles se van a reparar. Habrá ejecución en una suerte de 'operación asfalto extraordinaria', aunque aún no se detallan fechas concretas. Ya el pasado noviembre hubo una intervención extraordinaria en diez calles del eje del tranvía con 420.000 euros de inversión municipal.