CALATAYUD

Los comercios de la A-2 pierden clientes por las obras

José María Hernández es propietario del Parador de Calatayud.
Los comercios de la A-2 pierden clientes por las obras
MACIPE

Las obras de modernización y mejora de la A-2 entre Calatayud y La Muela, además de molestias a los conductores y retenciones en fines de semana y puentes festivos señalados, están provocando pérdidas económicas a los negocios a pie de autovía.

Los trabajos de mejora comenzaron el año pasado entre Calatayud y Morata de Jalón, pero después las obras se trasladaron a un tramo comprendido entre La Almunia y La Muela, en el que se reconstruirán seis kilómetros del sentido Madrid-Zaragoza, antes de llegar a la cabecera de Valdejalón, con el fin de corregir la rasante.

Las obras provocan continuos y casi diarios cambios en las condiciones de la circulación, que obligan a los conductores a modificar su trayectoria. El pasado día 2, sin ir más lejos, se registraban retenciones de más de una hora entre La Almunia y Calatorao, y a primera hora de la tarde, el tráfico sentido Madrid se desviaba a la altura de Calatayud por la N-234 hacía Daroca, para continuar por la A-23 a Zaragoza. Lo mismo ocurrió en el puente del 6 y el 8 de diciembre, en el de Todos los Santos, y algunos fines de semana.

En el kilómetro 240 de la A-2, en sentido Madrid, está el Parador de Calatayud, restaurante y bar de José María Hernández. Este empresario se queja de que "los responsables de las obras no avisen cuando cortan carriles y los modifican", aunque esos cambios afecten directamente a la entrada y salida de su negocio. En el restaurante El Navarro, en el kilómetro 285, término municipal de Épila, afirman que desde el verano la facturación ha caído más de un 40 %. "Aquí trabajábamos más de 35 personas y hoy estamos 26", explica Fermín Osta, su propietario. El motivo -opina- un corte en el kilómetro 281, en los carriles sentido Barcelona, que complica la entrada a esta área de descanso. Ahora teme que, a finales de este mes, cuando se retomen los trabajos en dirección a Madrid entre los kilómetros 286 y 281, las pérdidas aumenten. "Hemos enviado una solicitud al Ministerio de Fomento con el alcalde de Épila para concertar una entrevista y ver si hay alguna solución, pero no nos la atienden", asegura Osta.

El pasado domingo en El Navarro esperaban servir 500 comidas y había 25 personas para atender a los comensales pero a partir de las 15.00, cuando se desvió el tráfico en Calatayud, "las 25 personas estuvimos sin hacer nada, cuando normalmente en una operación retorno tenemos comidas hasta las 18.00", cuenta este empresario hostelero. Por su parte, el primer edil de Épila, Martín Llanas, lamenta los "graves perjuicios económicos" que está sufriendo esta empresa local con la que se solidariza.

También el Mesón de la Ribera, en La Almunia, perdió comidas el domingo "porque por la retención, los viajeros llegaban a las 17.00 a comer y desistieron", dice su propietario, Carlos López.

Desde que empezó la reforma de la autovía, estos empresarios han notado un descenso de los clientes porque buscan recorridos alternativos para evitar las obras. Sin embargo, la reforma de la autovía no es para todos una molestia. Desde hace cuatro meses el restaurante Aires de Aragón de La Almunia está trabajando más. Prepara diariamente unas 80 comidas para el personal que está trabajando en esta obra y en la construcción del embalse de Mularroya. "A nosotros estas obras civiles nos han repercutido positivamente", comenta Ángel Orna, uno de los responsables de este establecimiento.

Silvia Lacárcel