FESTEJOS POPULARES

Peligran las vaquillas en los pueblos debido al nuevo reglamento

La DGA modificará el reglamento que regula los servicios sanitarios porque una sentencia da la razón otra vez al sindicato Fasamet. Lambán advierte de que la medida encarecerá aún más los festejos.

Un joven recorta una vaquilla en una calle de Pinseque.
Pinseque recuerda en las vaquillas al niño muerto hace un año en el encierro
ESTHER CASAS

Los festejos taurinos populares, con las vaquillas como elemento distintivo, vuelven a estar rodeados de incertidumbre. El Gobierno autonómico, en aplicación de una sentencia judicial, va a exigir a los municipios disponer de dos médicos, uno de ellos cirujano o traumatólogo, en los espectáculos cuando hasta ahora bastaba con un licenciado en Medicina y un ATS. Aragón se convertirá en la única autonomía española con esta obligación.

La medida, que afectará ya a varias localidades a lo largo de este mes (como La Almunia, Illueca, Pradilla de Ebro, Cabañas o Rivas) supone un gasto añadido para los ayuntamientos y puede poner en peligro la celebración de estos actos, o al menos limitar el número de sesiones, con el consiguiente malestar de los ciudadanos. Todo dependerá de la situación de las arcas municipales y de la disponibilidad de profesionales.

El pasado abril entró en vigor un decreto para regular las instalaciones sanitarias y los servicios médico-quirúrgicos en los espectáculos taurinos en Aragón. En el caso de los festejos populares instaba a contratar como mínimo a un médico y a un Ayudante Técnico Sanitario o diplomado universitario en Enfermería. La decisión calmó los ánimos en los pueblos, nerviosos ante la indefinición que había. Sin embargo, la Federación Aragonesa de Sindicatos y Asociaciones de Médicos Titulares y de Atención Primaria (Fasamet) presentó un recurso y el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) acaba de darle la razón en un fallo definitivo.

Se da la particularidad de que el colectivo de médicos ya fue escuchado anteriormente por el Supremo y el TSJA, lo que motivó que la DGA modificara el reglamento relativo a requerimientos sanitarios. Esto llevó a las autoridades aragonesas a tramitar el nuevo decreto, que tampoco ha convencido a Fasamet.

Fuentes del Departamento de Política Territorial informaron ayer de que el Gobierno ha de respetar el proceso judicial y acatar la sentencia. Estas añadieron que el Ejecutivo no es ajeno a la sensibilidad municipal y que procura "conciliar" la seguridad de los festejos con las necesidades de los consistorios.

Las reacciones no se hicieron esperar y a buen seguro el cambio en la aplicación de la normativa suscitará polémica. Jesús Pérez, delegado de asuntos taurinos de la DGA, indicó que la pretensión del sindicato sanitario es un "atropello". A juicio del también alcalde de Cuarte de Huerva no tiene "ningún sentido e implica desconocer lo que son los festejos taurinos populares en Aragón", puesto que, por ejemplo, la mayoría de las localidades carecen de quirófano. Así, no influye demasiado el hecho de que haya cirujano o no.

Javier Lambán, presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza, criticó que la DGA haya "vuelto a las andadas", así como la "desconsideración" de Política Territorial (consejería dirigida por el aragonesista Rogelio Silva) hacia el ámbito municipal. Apuntó que el lunes se pondrá en contacto con el Gobierno aragonés para trasladarle su malestar.

"Es algo incomprensible y muy irritante, un despropósito", subrayó el socialista, quien destacó las funestas consecuencias económicas que tendrá la medida, a lo que cabe sumar la dificultad que habrá para localizar especialistas en según qué épocas del año. En una nota de prensa, la DPZ apuntó que la medida es un "impedimento más" para ayuntamientos, ganaderos y aficionados, y alertó de que el coste de las vaquillas se ha triplicado en los últimos años.

Como se ha indicado, la normativa plantea problemas a las localidades. Por ejemplo, en Rivas disfrutan estos días de las fiestas de San Victorián. Mañana y el domingo hay anunciadas vaquillas y, de momento, el pueblo ejeano aún no gozaba de permiso para ello debido a que intentaba buscar a un cirujano.

Por su parte, Nicolás Medrano, alcalde de Cabañas de Ebro, que celebra sus fiestas a finales de mes, dijo que la modificación "no redundará en más seguridad ni aportará nada a lo que son los festejos". El primer edil entiende que resulta "excesiva" y traerá de la mano un elevado gasto.