Blog - Los desastres de la guerra

por Gervasio Sánchez

DEFICIENCIAS EN TORRERO

Los visitantes del cementerio critican la falta de iluminación y señalización por las obras

También denuncian que, hasta que finalicen los trabajos en febrero, no hay aparcamiento y la Policía Local multa los coches mal estacionados.

Las obras dificultan el acceso al tantorio, tanto en coche como a pie.
Los visitantes del cementerio critican la falta de iluminación y señalización por las obras
VíCTOR LAX

Los ciudadanos que visitan el cementerio de Torrero critican la falta de señalización e iluminación del recinto como consecuencia de las obras de remodelación de uno de los edificios y de la construcción de un aparcamiento, iniciadas el pasado mes de junio. También se quejan de la ausencia de zonas de estacionamiento y de que la Policía Local multe los vehículos mal aparcados.


Nada más entrar al cementerio, comienza "el caos", explica María Girol, que visita el lugar por el fallecimiento de un amigo. "Ninguna calle te permite girar con el coche a la derecha y tienes que recorrer una larga avenida hasta ver el final del complejo", cuenta. Después, detalla, "un cartel pegado en una valla te indica que, ahora sí, debes girar a la derecha, y otra vez recorres una eterna avenida que va a parar a un descampado de arena".


"¿Eso es el parquin?", se preguntan muchos usuarios, que consideran que se encuentra "muy alejado" del edificio del tanatorio. "A partir de las 20.00, cuando la gente sale de trabajar -afirma Néstor García mientras retira su vehículo de encima de la acera -el parquin se llena y no hay espacio para todos". Por este motivo, la policía le ha multado. "Me la han puesto mientras estaba en el velatorio, ¡pero si no había otro hueco para aparcar!", exclama.


Los empleados de la oficina de información del tanatorio reciben a diario quejas de ciudadanos que han sido multados. "Hay tardes que entran al cementerio alrededor de 700 coches y no caben en la explanada. Aparcan donde quieren o pueden y, claro, les multa la policía", dice Manolo Gracia, trabajador del complejo. "Todos los días acude alguien a la oficina reclamando que le han puesto una multa, pero nosotros no podemos hacer nada", continúa. En su opinión, las obras deberían centrarse en terminar "cuanto antes" el aparcamiento y "demorar si es preciso la construcción del edificio, ya que hacen más falta plazas de parquin que capillas".


Por su parte, el jefe de obra, Leonardo González, asegura que "sí existe un aparcamiento suficiente para los vehículos que entran en el cementerio". Lo que ocurre -indica- es que "la gente es vaga y no quiere aparcar lejos del tanatorio, sino cuanto más cerca mejor". Las obras -puntualiza- se terminarán a mediados de febrero "según el plazo previsto" e incluso el aparcamiento "se abrirá al público a mitad de enero".


Hasta que finalicen por completo los trabajos de mejora, la situación para empleados y usuarios es "incómoda y complicada", según fuentes de la Policía Local de Zaragoza. También apuntan que "es una circunstancia delicada porque se trata de personas afectadas por un fallecimiento y lo que menos quieren es aparcar lejos o tener que andar hasta el tanatorio". Además, afirman que sí se han puesto algunas denuncias por estacionamiento indebido, "aunque no muchas".


Farolas apagadas


La escasa iluminación en el entorno del edificio principal del cementerio molesta a muchos usuarios. Begoña Sanclemente explica que a partir de las 18.00 "ya no se ve absolutamente nada". "Hace un mes, cuando me disponía a volver a casa, ni siquiera encontré el coche y tuve que volver a buscar a mi marido -que todavía permanecía en el velatorio- para que me acompañara porque, además, me daba miedo", comenta.


Desde ayer las farolas de ambos lados del tanatorio permanecen apagadas por las obras y estarán así durante 15 días. "Tenemos que cortarlas por obligación para poder avanzar", explica González. Pero no solo esta zona carece de iluminación. "Nunca he entendido cómo los pasillos donde están los nichos no tienen ni una sola bombilla", se queja Enrique Sanz, quien no volverá a visitar a su padre en invierno y por la tarde porque "es triste, pero no lo encuentro".