TRIBUNALES

''Pasé tres días atado y encerrado en un maletero, no puedo perdonarles''

La Audiencia de Zaragoza juzgó ayer a cuatro inmigrantes marroquíes, para los que la fiscalía pide 24 años de prisión por secuestrar a un compatriota.

Dos de los acusados, cuando llegaban ayer a la Audiencia.
¿Pasé tres días atado y encerrado en un maletero, no puedo perdonarles¿
VÍCTOR LAX

La Audiencia de Zaragoza juzgó ayer a cuatro ciudadanos de origen marroquí por el secuestro de un compatriota en octubre de 2009. Acusados y víctima vivían en Caspe y eran buenos amigos, pero esa relación se truncó tras el intento de extorsión. “Pasé tres días atado y encerrado en un maletero, no puedo perdonarles”, explicó ayer al tribunal el denunciante. Sus captores urdieron un plan para que su familia pagase un rescate de 3.000 euros. Pero la Policía hizo que sus planes se fueran al traste, y ahora la fiscalía pide seis años de prisión para cada uno de ellos.


La captura del joven marroquí se produjo el 3 de octubre de 2009, cuando acusados y víctima se desplazaban en coche a casa de un amigo. “Pasado Chiprana, se metieron por unos caminos y empecé a pensar que algo iba mal”, relató ayer el secuestrado. “Pararon en un descampado y me dijeron que tenía que darles 3.000 euros -añadió-. Enseguida empezaron a darme golpes y puñetazos. Después, me ataron y me metieron en el maletero”.


Según el relato de la víctima, pasó tres días dentro del vehículo, y solo lo sacaron una vez “para limpiar el coche”. Sin embargo, durante ese tiempo, sus captores le pusieron al teléfono para que hablara con su madre -primero- y su cuñado -después-. “Querían que consiguiera el dinero que me exigían”, declaró el joven marroquí.


La versión de los acusados es muy distinta. De hecho, durante el interrogatorio, aseguraron que el denunciante y ellos habían pergeñado un plan “de mutuo acuerdo” para conseguir el dinero. “Nos debía ese dinero, porque se lo prestamos para que saldara una deuda de drogas”, explicó uno de los procesados. “Nunca fue un secuestro, fue todo un engaño para que su cuñado trajera el dinero”, añadió.


Tras un primer contacto con este cuñado, secuestradores y familia acordaron un encuentro en la gasolinera de Rausam. Sin embargo, la Policía estaba al corriente de la cita y pudo detener a los extorsionadores antes de la entrega. Los mismos detenidos guiaron a los agentes hasta la explanada donde permanecía retenida la víctima. La encontraron en el maletero, tapada con una manta, y con erosiones y golpes en el cuerpo.


La fiscalía, que pedía siete años de cárcel para cada uno, decidió rebajar la pena a seis, al apreciar la atenuante de reparación del daño (los acusados han pagado 4.000 euros). La defensa, a cargo de los letrados Javier Oses y Soraya Laborda, pide la absolución.