SEGURIDAD VIAL

Negarse al test de drogas al volante será castigado como delito a partir de mañana

El positivo en la prueba de la saliva dejará de sancionarse con multa administrativa y podrá acarrear hasta seis meses de cárcel al conductor. El coche será puesto a disposición judicial.

La Policía Local de Zaragoza también hace controles de drogas aleatorios cada cierto tiempo.
Negarse al test de drogas al volante será castigado como delito a partir de mañana
ESTHER CASAS

La última reforma del Código Penal, que entra en vigor mañana, va a convertir en delincuentes viales a todos aquellos conductores que se pongan al volante habiendo consumido algún tipo de droga. Hasta ahora, la Policía Local tenía que recurrir a los análisis de sangre u orina para abrir diligencias penales a estos conductores. Sin embargo, la prueba de la saliva cobra valor probatorio y será suficiente para imputar el delito de conducción bajo la influencia de drogas tóxicas, sustancias psicotrópicas o estupefacientes.


Tampoco se librarán del arresto aquellos que se nieguen a someterse al test de drogas. Aunque ya se castigaba como delito negarse a la prueba del alcohol, no ocurría lo mismo con quienes se resistían a dar una muestra de saliva. En estos casos, los agentes tenían que limitarse a imponer una multa. Eso sí, por tratarse de una infracción muy grave, el conductor denunciado debía pagar 650 euros y perdía seis puntos del carné. Desde mañana, todas las negativas supondrán la apertura automática de diligencias penales.


Según fuentes de la Policía Local de Zaragoza, hasta ahora, también se recurría a la denuncia administrativa cuando el conductor daba positivo en la prueba de la saliva y no mostraba síntomas evidentes de circular influenciado por las drogas. En estos casos, la infracción se consideraba también muy grave y se castigaba con 500 euros y la pérdida de seis puntos. Sin embargo, con la reforma del Código Penal, a todas estas personas se les pasará a imputar un delito de tráfico.


Otra de las novedades significativas de la reforma es que los vehículos de los delincuentes viales serán considerados "instrumento" del delito. Y como tales, serán inmovilizados por la Policía, trasladados por la grúa al depósito municipal y puestos a disposición del juez. Será además este último quien decida qué se hace finalmente con los turismos o motocicletas, ya que podría autorizar incluso su venta para cubrir las posibles responsabilidades civiles del conductor detenido.


Casi 90 positivos este año

La Policía Local de Zaragoza fue la primera de España en probar el test de drogas con los conductores. Comenzó a hacerlo hace ahora tres años con un aparato prestado por el fabricante, que también había hecho ensayos con la Guardia Civil de Tráfico. Pero como los resultados fueron fueron, el cuerpo decidió adquirir una de estas máquinas en propiedad. De hecho, en cuanto el presupuesto lo permita, existe la intención de adquirir alguna otra.


A diferencia de la prueba de alcoholemia, que apenas cuesta unos céntimos -el precio de la boquilla de plástico y el mantenimiento de los etilómetros-, el test de la saliva tiene todavía un alto coste: 20 euros la unidad. Por ello, lo habitual es recurrir a ella solo cuando el conductor circula de forma anómala y da negativo en alcohol. En cualquier caso, según fuentes de la Policía Local, a lo largo del presente año se han practicado ya 127 pruebas de la saliva.


Por la vía administrativa, hasta el pasado 31 de octubre, se había multado a 69 personas en Zaragoza. Además, se habían abierto diligencias penales contra otras 20: a 19 por circular con síntomas evidentes de haber consumido drogas y a otra, por negarse a prueba y presentar los mismos síntomas.


Aunque la Policía Local de Zaragoza ha sido la primera, otros cuerpos con plantillas más reducidas se han mostrado ya interesados por los test de drogas e incluso los han probado. De hecho, los fabricantes han establecido contactos con municipios como Calatayud o Monzón. Con estas máquinas no se pueden detectar todas las drogas, pero sí las principales: anfetaminas, metanfetaminas, cocaína, opiáceos y cánnabis , entre otras.