ANIVERSARIO DEL ATENTADO DE ETA

"Mientras pueda, seguiré viniendo a honrar a las víctimas del atentado"

Un homenaje recordó ayer a las víctimas de la tragedia sufrida en la Casa Cuartel de la avenida de Cataluña hace 23 años.

Familiares de las víctimas depositaron flores y velas en la escultura del parque de la Esperanza.
"Mientras pueda, seguiré viniendo a honrar a las víctimas del atentado"
ARÁNZAZU NAVARRO

"Han pasado 23 años, pero los recuerdos siguen tan presentes como el primer día. He acudido todos los años y, mientras tenga fuerzas, seguiré viniendo a honrar a las víctimas". Pascual Grasa, de 50 años, fue una de las personas que participó ayer en el parque de la Esperanza en el homenaje a los fallecidos por el atentado de ETA en la Casa Cuartel de Zaragoza que, en 1987, acabó con la vida de once personas, cinco de ellas niñas. Y es, también, uno de los supervivientes.


Grasa tenía entonces 23 años. Era Guardia Civil. "Estaba vigilando la entrada. Paró un coche, pero fue todo muy rápido y no tuvimos tiempo de reaccionar". Ese momento vuelve una y otra vez a su memoria: "Es algo que no se olvida. Lo tengo siempre en la cabeza". Como resultado de la explosión resultó herido.


Al acto acudió también Beatriz Sánchez. Ayer mismo celebró sus 28 años. "El día que sufrimos el atentado cumplía cinco años. Era muy pequeña, pero por lo que me contaron mis padres se nos cayó encima el techo, la puerta... Incluso el piso de enfrente entró en el nuestro". Beatriz salvó su vida, igual que el resto de su familia. "Murieron dos niñas gemelas que eran amigas mías", apuntó emocionada.


El vicepresidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y delegado de la entidad en Aragón, José Marco, puso de manifiesto que "es necesario mantener la memoria y no olvidar a las víctimas. En un día tan difícil es importante que sus familiares y los supervivientes noten el cariño. Esto les reconforta".


Muestras de solidaridad


Hasta el parque de la Esperanza, donde antes estaba ubicada la Casa Cuartel, se acercó también como muestra de solidaridad un grupo de los Ángeles Guardianes, una asociación creada por policías nacionales motoristas. José Antonio Blasco, presidente de esta agrupación, destacó que "no nos olvidamos de nuestros compañeros, gente que cayó en manos de esta furia asesina".


Junto a él, María José Sánchez, mostró orgullosa la placa que la acredita como número uno de este colectivo. Hoy, a sus 51 años, está destinada en Valencia, pero con 27, recién salida de la academia de Ávila, recayó en Zaragoza. "A los dos días de llegar tuvo lugar el atentado en San Juan de los Panelles y aún no llevaba un año cuando estalló el coche bomba en la Casa Cuartel". Vivía justo detrás, así que al escuchar el estruendo acudió: "La escena era dantesca, con escombros, juguetes, gente corriendo, gritos?".


Luis Jodra y Francisco Laplaza tampoco faltaron a la concentración. Ambos sufrieron serias lesiones en el atentado cometido por ETA en 1978 mientras estaban jugando al fútbol en el campo de Basauri (Vizcaya). Murieron dos policías, tres resultaron heridos graves y 20 leves. Los dos, de Zaragoza, recordaron que "acabábamos de empezar a trabajar y aquello nos truncó la vida por completo". Luis pasó 103 días en la cama sin poder moverse. El atentado ocurrido en 1987 en Zaragoza les hizo recordar la dura experiencia que les tocó vivir y acuden cada 11 de diciembre al lugar donde en su día se encontraba la Casa Cuartel para mostrar su apoyo.


Durante el homenaje se realizó una ofrenda floral en la escultura que recuerda a las víctimas y se celebró una misa en la parroquia de Pío X en el barrio de la Jota.