INTEGRACIÓN

Aprendices de Bill Gates en la prisión de Zuera

La Caixa ha puesto en marcha un proyecto en el que personas mayores imparten clases de informática a los internos del Centro Penitenciario de Zuera

En las clases cuentan con la más moderna tecnología.
Aprendices de Bill Gates en la prisión de Zuera
JOSE MIGUEL MARCO

Todos los lunes por la tarde, desde hace varios meses, Rafael Dufol, y cuatro compañeros más de la Asociación de Voluntarios de Informática Mayores de Aragón, que él preside, se desplazan hasta el centro penitenciario de Zuera para enseñar informática a un grupo de internos. Alumnos y profesores forman parte del proyecto CiberCaixa Solidaria, que se implantó en abril y por el que ya han pasado más de 73 jóvenes en proceso de reinserción sociolaboral, que reciben clase de 26 mayores.


Su esfuerzo, el de profesores y alumnos, se vio recompensado ayer con una entrega de diplomas. Un acto muy emotivo que contó con la presencia, entre otros, de la directora general adjunta de la Fundación la Caixa, Elisa Durán; el director general de Coordinación Territorial y Medio Abierto del Ministerio del Interior, Virgilio Valero; y el director del centro penitenciario de Zuera, Luis Lozano.


"Nunca me pude imaginar el primer día que llegué al centro que iba a disfrutar tanto con esta experiencia. Los jóvenes a los que damos clase son personas muy receptivas, les encanta aprender cosas nuevas, porque tienen la vista puesta en salir cuanto antes", afirmó ayer Rafael Dufol.


Los veteranos profesores no son profesionales del mundo de la informática, pero le ponen tantas ganas que se parecen al mismísimo Bill Gates.


Las clases, que se imparten en una sala situada encima del Auditorio de la prisión, se dividen en grupos de entre diez y doce reclusos. Allí, además de aprender a manejarse en el mundo de las nuevas tecnologías, aprovechan la actividad para ponerse "al día" de lo que sucede fuera. "Nosotros somos para ellos una bocanada de aire fresco, porque además de proporcionarles conocimientos informáticos les hablamos de cosas cotidianas", apuntó Dufol.


Y esta complicidad se notó ayer durante una entrega de diplomas, en la que no faltaron los gritos de ánimo de los jóvenes internos cuando sus veteranos profesores subieron a recoger sus credenciales.


"Es una actividad tan enriquecedora que cuando empiezas a dar clase ya no lo dejas", afirmó Dufol. La prueba es que este proyecto de la Obra Social y el ministerio del Interior, que comenzó en Teixeiro, en La Coruña, ya se ha extendido a otros centros nacionales. Además, la fundación también ha implantado un programa de informática que es impartido por profesionales, y en el que han participado 25 mayores internos.