Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

TRIBUNALES

El presunto asesino de Moncasi es una persona capaz de llevar una doble vida

Forenses y psicólogos descartan que tenga un trastorno mental.

El accidente de tráfico que Francisco Lozano Agustín sufrió cuando tenía 11 años marcó todo su desarrollo personal posterior. Estuvo en coma y sufrió daños cerebrales en el hemisferio izquierdo -que afecta al área del lenguaje- y a partir de entonces vivió en un entorno de sobreprotección sociofamiliar. A los 18 años se sacó el carné de conducir, ha trabajado incluso con puestos de cierta responsabilidad, se ha casado y tiene hijos. No es un enfermo mental, tiene una capacidad intelectual normal y distingue el bien del mal. En todos estos extremos estuvieron de acuerdo tanto los peritos presentados por las acusaciones como por la defensa de Lozano, pero en poco más.


Para la psicóloga y los forenses del juzgado, Lozano, acusado de matar a Francisco Lozano Gaceo, tiene una personalidad compleja que le hace ser un hombre dócil y dependiente del núcleo familiar y, al mismo tiempo, un solitario que busca riesgos y fantasías muy distintas a lo que vive en su entorno. De ahí que se creara una doble vida, en la que se enmarcan los encuentros de tipo homosexual (relatados por él mismo a los médicos) que mantenía de forma regular en saunas y a través de contactos establecidos por teléfono.


Los expertos aseguraron que es capaz de simular y ocultar y que, aprovechando los problemas que tuvo de expresión, "aprendió a pensar la respuesta que más le conviene". Por eso, resaltaron que cuando hablaba del día del crimen recordaba a la perfección y con minuciosidad los momentos previos, pero al llegar al momento concreto decía que no lo recordaba.


Sin embargo, para su propio psicólogo, Francisco Lozano, tiene una comprensión "incompleta y errónea" de las cosas y el cerebro le "traiciona" cuando sufre un "alto nivel de ansiedad". A su juicio, su tiempo de reacción es lento por la dificultad de entender las preguntas, no porque simule. De hecho, descartó "rotundamente" que sea capaz de ocultar y de mentir. "Para tener esa capacidad hay que ser muy inteligente", añadió. No obstante, admitió puede llevar una doble vida.


En cuanto a la autopsia del cadáver, los forenses explicaron que la víctima recibió 52 cuchilladas, todas ellas mientras estaba vivo, y que no tenía ninguna herida de defensa. El criminal desató toda su saña especialmente en el cuello, donde los médicos contaron 25 heridas, la espalda (17) y el tórax izquierdo (7). Tras acabar con su vida, el homicida recolocó el cadáver en la bañera y le ocultó los genitales entre los muslos. Para los médicos, las características de este asesinato -repetición de los golpes con el cuchillo, heridas agrupadas, ocultación genital tratando de simular que era mujer, el fetiche de la peluca hallada sobre el cadáver...- revelan que fue un crimen pasional. Los médicos dijeron que no podían descartar que las lesiones las causara un zurdo, aunque señalaron que es más probable que fuera diestro, como el acusado.


Tras las pruebas periciales, tanto la fiscal como el abogado de la familia de la víctima , Amalio Sánchez, mantuvieron la acusación y solicitaron 20 años de prisión para el procesado, mientras que el defensor, José Luis Melguizo, pidió la absolución.