Movilidad

Las 'tripas' del tranvía se abren en Valdespartera

Las cocheras de Valdespartera se ponen a punto para poder funcionar a pleno rendimiento a comienzos del año que viene. Este es el recorrido que llevarán los convoyes tras una dura jornada de trabajo.

El tranvía, en las cocheras de Valdespartera
Las 'tripas' del tranvía se abren en Valdespartera
VíCTOR LAX

Mayo de 2011, un día cualquiera al borde de la medianoche. Las cocheras de Valdespartera son un no parar, un continuo ir y venir de tranvías, operarios, conductores y mecánicos. Todos se afanan en poner a punto los vehículos para una nueva jornada de trayectos entre el nuevo barrio de la ciudad y la plaza de Paraíso. Algunos convoyes ya descansan; otros, sobre un foso de trabajo y con las 'tripas' abiertas, pasan revisiones o son reparados.

Cuando el tranvía se ponga en marcha, a lo largo del mes de la primavera del año que viene, así será el día a día en las cocheras de Valdespartera, un edificio de 24.000 metros cuadrados presupuestado en 23 millones de euros. Entonces acogerá a alrededor de un centenar de trabajadores, entre conductores, mecánicos, administrativos... Será la casa de los tranvías, el lugar donde estos vehículos descansen tras el servicio.

Concluida su jornada, el vehículo regresa a cocheras. Su llegada es detectada por el puesto central de control (PCC), ubicado en la planta más alta de este edificio. Este es el lugar donde se controla absolutamente todo lo que se puede controlar de un tranvía. Desde ahí, los controladores pueden ponerse en contacto con los conductores de cada vehículo, vigilan dónde se encuentran, ven las cámaras interiores y exteriores, el estado del billetaje... hasta pueden cortar el suministro eléctrico y parar el servicio.

El tranvía, al entrar en las cocheras, pasa por la estación de servicio, una pequeña construcción levantada junto al edificio principal. Cuenta con un foso para ver los bajos del vehículo y con una plataforma para observar la parte de arriba. Ahí se le hace una revisión, se vigila que no suelte grasa, que las ruedas funcionan correctamente, que no tiene basura en la cubierta... Si hay que darle algún retoque, se puede hacer; si es algo más grave, el tranvía pasará luego por la nave principal.

También es en este punto donde se rellenan los depósitos de arena que hay sobre cada rueda del tranvía. Con este curioso sistema se logra que los tranvías traccionen perfectamente si se encuentran con barro o hielo sobre las vías. En esas circunstancias, el conductor presiona un botón y el tranvía suelta arena sobre las ruedas, permitiendo que haya fricción. Un gran silo de arena junto a la estación de servicio permite que ahí se rellenen los depósitos de los convoyes.

El tranvía sale lentamente y se encuentra con la nave de lavado, un espacio similar a los túneles que limpian los coches, con rodillos y chorros de agua a presión. Un sistema que filtra el líquido permite que se recicle varias veces. Al lado del túnel se encuentra la isla ecológica, el punto donde se guardan los aceites, pinturas o metales ferrosos que luego hay que eliminar.

Una vez limpio, el tranvía avanza y entra en el llamado peine de vías. Es un entramado de carriles que llevan a cada uno de los cinco puntos de trabajo que hay dentro de la nave principal, cada uno de ellos con funciones y características diferentes.

La primera vía es la que sería el taller de chapa y pintura de un coche, el punto donde se arreglan los desperfectos de la carrocería y se pintan. A su lado se encuentra la vía dos, que es donde se miman las ruedas de los tranvías. Estas sufren un desgaste al circular y coger baches por el camino, por lo que pierden su circunferencia perfecta. Con un torno se trabaja el acero para que vuelva a su forma natural.

La vía tres se conoce como la de 'levante'. Con ayuda de ocho motores hidráulicos se eleva el tranvía para sacar los llamados 'bogies', que son estructuras formadas por cuatro ruedas y un motor. Cada tranvía tiene tres 'bogies', y periódicamente tienen que limpiarse, engrasarse y revisarse. En Zaragoza habrá una flota de 'bogies' que irán enganchándose en los distintos tranvías.

Las otras dos vías, la 4 y la 5, son dos fosos para el mantenimiento general de los tranvías, donde se repararán desde problemas eléctricos hasta averías en las puertas, en las pantallas de televisión, en la radio... "Cuando un tranvía salga a la calle tiene que estar perfecto, no puede tener ni un fallo", comenta uno de los responsables técnicos de la sociedad Los Tranvías de Zaragoza. "Si sale, sale perfecto", insiste. Para tener margen de maniobra, la sociedad que gestiona el servicio puede tener un vehículo en reparación y otro parado en perfecto estado, por si uno de los que esté en marcha tiene un problema y necesita relevo.

El paso por estas cinco vías no será necesario en el día a día para la mayoría de los tranvías. Solo entrarán si han sufrido algún problema o si tienen que pasar las revisiones que recogen las prescripciones técnicas del fabricante. Si todo está perfecto, pasarán de largo y descansarán en la playa de vías, en la trasera de las cocheras.

En estas instalaciones, además, también se encuentran las oficinas de los administrativos de la sociedad, así como diversos espacios destinados a talleres, oficinas, salas de reuniones, de descanso... También albergan una de las dos subestaciones de energía, con 10.000 watios de potencia, y que tiene capacidad para abastecer a toda la línea, hasta Parque Goya. La construcción se ha acelerado en los últimos meses para poder acoger las primeras pruebas de los tranvías, que se desarrollan desde hace una semana y media, y que en breve llevarán a los convoyes a internarse en Vía Ibérica.

1. Estación de servicio. Es el primer punto que atraviesan los tranvías al llegar a cocheras. Allí se les hace una revisión general.

3. Peine de vías. Es el lugar donde los tranvías se desvían para poder entrar a los distintos puntos de trabajo de la nave principal de cocheras.

2. Lavado. Se trata de un túnel similar al de los coches, donde se limpian los tranvías de la suciedad que han cogido en el servicio.

4. La nave principal. Tiene cinco áreas de trabajo para hacer las distintas operaciones, arreglos y revisiones.