DENUNCIA CIUDADANA

"Los estorninos invaden nuestro barrio al atardecer"

Los vecinos de los grupos Ortiz de Zárate y Teniente Polanco, en el barrio zaragozano del Picarral, critican la presencia masiva de estos pájaros, que llenan las plazas de excrementos. El Ayuntamiento de Zaragoza estudia realizar una intervención integral para mejorar la zona.

Un manto de excrementos cubre el suelo y los bancos del entorno.
"Los estorninos invaden nuestro barrio al atardecer"
ESTHER CASAS

Los vecinos de los grupos de viviendas sindicales de Ortiz de Zárate y Teniente Polanco, en el Picarral, miran al cielo cuando cae el sol. "Cuando atardece, el cielo se llena de bandadas de estorninos, cientos de pájaros que vienen a dormir a nuestras plazas. Al principio, nos parecía una curiosidad, pero ahora se ha convertido en un problema muy grave. Llenan todo de excrementos, los animales muertos taponan las cañerías, huele mal y no se puede pegar ojo", afirma Laureano Pelegrín, vecino de la zona.

"Empezaron a aparecer hace un par de años. Vienen en otoño y desaparecen en primavera, ahora ya están aquí otra vez. Salen por la mañana y vuelven por la tarde a dormir. Dejan todo muy sucio, es un problema grave de salud pública. El Ayuntamiento lo sabe porque lo hemos denunciado muchas veces", afirma Julio López, vecino de Ortiz de Zárate desde hace cincuenta años.

En esta zona del barrio del Picarral, entre la avenida de San Juan de la Peña y la calle de Pantano de Yesa, hay bloques de cuatro alturas, con pequeñas plazas y zonas de paso. Se trata de viviendas sociales construidas hace cincuenta años. "A los estorninos les gusta mucho venir aquí a pasar la noche. Por la tarde, invaden nuestro barrio. Es una ciudad dormitorio para ellos. Tenemos árboles muy altos, pinos de hasta 20 metros de altura, y buena tierra. Antiguamente era una zona de huertas. Pedimos que quiten estos pinos para solucionar el problema", afirma Andrés Bintaned, presidente de la asociación de vecinos de Teniente Polanco.

El efecto de los estorninos es muy visible en esta zona: una capa de fiemo cubre las plazas peatonales. "En una mañana, solo en una plaza, hemos recogido 500 kilos de hojas y excrementos de estorninos. No damos abasto. Venimos cuando nos manda el Ayuntamiento, cada dos o tres semanas", explica Manuel Tapia, responsable de la Brigada de Acción Inmediata de FCC. "Habría que hacer como con las palomas: cazarlas o tomar alguna otra medida para que no vengan. Es una vergüenza, es normal que se quejen los vecinos", añade.

Representantes vecinales se reunieron este jueves con el concejal de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Zaragoza, Luis Alberto Laguna, para exigir soluciones. Los vecinos piden que se quiten algunos árboles o que se instalen sistemas disuasorios, como se ha hecho en otros sitios de la ciudad para ahuyentar a las palomas.

Una solución en estudio

El mantenimiento de la zona afectada es, desde hace poco tiempo, competencia del Ayuntamiento de Zaragoza, por lo cual el Consistorio no había podido actuar hasta ahora en el solar. Tras la reunión de los vecinos y el concejal de Parques y Jardines, se acordó hacer un estudio en profundidad para solventar el problema de la plaga de estorninos, la limpieza de excrementos y suciedad y la conveniencia o no de efectuar una tala de los árboles más deteriorados, lo cual "requiere una intervención integral y estudiar diversas fórmulas para mejorar el entorno", explican fuentes municipales

Esta plaga de estorninos es consecuencia de la que hay Huesca desde hace 20 años. Estas aves se alimentan de día, en el campo, y por la noche vuelven a las ciudades para dormir. Su lugar preferido para pernoctar son las copas de árboles, como los que pueblan la zona afectada del Picarral.

En la capital oscense, la migración de unos 25.000 estorninos activó el pasado septiembre los sistemas de lucha contra esta especie invasora, consistente en disparos de cohetes y la emisión de sonidos que imitan el grito de distantas aves (estorninos heridos, rapaces...).

En Zaragoza, existe desde agosto una iniciativa que emplea halcones peregrinos para ahuyentar a los estorninos. Para ello se instaló un 'nido piloto' en la torre de Telefónica.