HERALDO ABIERTO

El Tío Jorge vuelve a su parque

La escultura restaurada del Tío Jorge volverá a lucir en el parque que lleva su nombre. El autor, Ángel Orensanz, muestra su descontento por no haber sido consultado por el Ayuntamiento durante el proceso.

Durante estos días, concluyen los preparativos para la instalación del monumento.
El Tío Jorge vuelve a su parque
JOSÉ MIGUEL MARCO

Tras casi tres años de idas y venidas con la estatua del Tío Jorge que da nombre al parque en el que fue instalada en 1968, en el zaragozano barrio del Arrabal, con controversias entre vecinos, Ayuntamiento y el autor de la obra, Ángel Orensanz, el monumento volverá a su emplazamiento original, una vez restaurado. Los constantes actos vandálicos que la estatua había sufrido obligaron a retirarla para estos trabajos.


Todo se complicó cuando el escultor citado, un oscense instalado en Nueva York y con obra repartida por medio mundo, se quejó ante el Consistorio zaragozano por no haber contactado con él a la hora de efectuar las labores de restauración. Este conflicto retrasó la recolocación del monumento en su emplazamiento, algo que, a su vez, crispó a muchos vecinos. Sobre todo en 2008, durante los actos de conmemoración del bicentenario de los Sitios de Zaragoza, debido a la ausencia de la estatua dedicada a uno de sus héroes más populares.


Un emplazamiento mejorado

El regreso de la estatua restaurada del Tío Jorge, que se materializará la próxima semana, según el Ayuntamiento, viene acompañado de una mejora del entorno en el que se ubica. Se ha arreglado la zona ajardinada situada al lado del pedestal y se ha colocado gravilla blanca. También se ha nivelado el pedestal y se han pintado las partes no metálicas del monumento.


En referencia al conflicto con Ángel Orensanz, desde el Consistorio se asegura que, "según la normativa internacional, cuando un autor vende su obra a una institución pública, es competencia de dicha entidad la conservación y restauración, siempre que se respete el formato original".


Para Ángel Orensanz, esto no es así y, siendo un artista vivo, "es el autor quien debe tener la última palabra", afirma el escultor, que, además, asegura haber recibido una carta de disculpa del propio alcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch.