Tras el intento frustrado de septiembre, la Policía Nacional procedió ayer al desalojo del antiguo colegio Lestonnac, en la calle Cuarte de Torrero. El edificio, que lleva más de cuatro años cerrado, fue ocupado hace unos cinco meses por un grupo de jóvenes para organizar talleres y actividades. Sin embargo, la Compañía de María, propietaria del inmueble, negocia ahora su venta con la comunidad islámica de Zaragoza, que pretende convertirlo en un gran centro cultural.

Cuando hace un mes se intentó desalojar el colegio, la Policía no contaba con la correspondiente orden judicial. Por ello, se tuvo que abortar el operativo. Se anunció entonces que se volvería a intentar sacar a los 'ocupas'. Y así ha sido. Seis furgonetas de la Unidad de Protección y Reacción, con una treintena de antidisturbios, se presentaron ayer a las seis de la mañana en el colegio. Una vez dentro, los agentes comprobaron que allí solo había cuatro jóvenes, que fueron desalojados uno a uno.

En la calle había ya concentradas unas 30 personas. La mayoría eran compañeros de los 'ocupas', pero también hubo vecinos que se levantaron de la cama para arropar a los jóvenes. "Hemos escuchado disparos y cuando hemos salido a la calle, la Policía estaba cargando contra los chavales", explicaba una mujer. Muchos otros vecinos contemplaban la escena desde sus ventanas. "Libertad para el barrio", se escuchaba desde una de ellas.

"Mi hija ha sido la primera en salir. No duerme aquí, pero se había quedado a hacer guardia, porque sabían que vendrían a echarles", decía otra mujer. "Sé que no se puede ir ocupando edificios, pero este estaba vacío y lo único que han hecho ha sido adecentarlo para dar clases de guitarra, de inglés?", concluía.

Seguridad privada

Desde las siete y hasta las once, cuando empezaron a marcharse, los jóvenes que arropaban a los 'ocupas' estuvieron lanzando proclamas contra la Policía. Aunque se vivieron unos minutos de tensión cuando se impidió la salida de un vecino, que gritó que le estaban apuntando "con una pistola", el desalojo fue bastante tranquilo. Tras sacar a los cuatro jóvenes y comprobar que no quedaba nadie más escondido, el responsable del operativo policial permitió el acceso al colegio de una pareja de soldadores. Los operarios colocaron varias chapas metálicas en las puertas para evitar que nadie pueda volver a entrar. La Compañía de María ha contratado además los servicios de una empresa de seguridad.

"Nos han echado de este, pero hay 50.000 edificios vacíos en Zaragoza y seguro que encontraremos otro", decía ayer uno de los jóvenes, sin querer identificarse. Aunque los agentes desplegados en la calle de Cuarte no identificaron a ninguno de los jóvenes allí congregados, varias patrullas se habían colocado estratégicamente en los alrededores para ir pidiendo la documentación e incluso cachear a todos los que se iban marchando.