Aunque aún queda la guinda del segundo fin de semana, el Ayuntamiento ya cuenta con un estudio cualitativo del turismo que visitó la ciudad durante el pasado puente. A falta de datos globales, sí ha trascendido que las fiestas del Pilar atraen esencialmente a los turistas nacionales (el 87%), y que los que más visitan la capital aragonesa son los catalanes (11%), seguidos por los madrileños (7%), valencianos (4%), vascos (3%), andaluces (2%) y navarros (también un 2%).

Los visitantes extranjeros se quedan en clara minoría, si bien se percibe que la mayor actividad del aeropuerto de Zaragoza ha facilitado la visita de franceses (20%), italianos (19%) y británicos (13%). Desde las oficinas de turismo se destaca el incremento de consultas foráneas, atribuidas a los nuevos vuelos regulares procedentes de París y Düsseldorf, que se unen a los ya existentes de Milán, Londres y Roma.

Del 9 al 13 de octubre, el perfil del turista ha sido el de una persona menor de 50 años, con un nivel cultural medio-alto, que viaja en coche propio y acostumbra a hacerlo en pareja o con amigos. El Ayuntamiento incluye en su estudio una consulta sobre la motivación, aunque parece lógico que durante las fiestas del Pilar el objeto de la visita sea disfrutar del ocio -hacerse con un programa de actos ha sido la prioridad absoluta- y, en menor medida, también continúa siendo un gancho de atracción el turismo religioso con la tradicional Ofrenda o el Rosario de Cristal.

La crisis también pasa factura a los turistas que lejos de los 100 euros podían dejar en la ciudad en los años de bonanza, este 2010 gastan una media que se sitúa entre 60 y 90 euros (sin contabilizar los gastos derivados del alojamiento, dado que la gran mayoría se hospedan en casas de conocidos).

Las rutas a pie por los monumentos emblemáticos de Zaragoza se descubren como un atractivo cultural de primer orden y las de la basílica del Pilar, el Casco Histórico y la catedral de La Seo (estrenada este 2010) son las más demandadas. En apenas cuatro días, 27 grupos participaron en unos recorridos que sedujeron a más de 230 personas.

El Ayuntamiento saca pecho destacando que el nivel de satisfacción del visitante es muy alto y que se han incrementado las llamadas al 676, un teléfono de atención turística, que se creó durante la Expo de 2008.