CONSUMO

El comercio sugiere que la fiesta empiece a principios de mes para acabar el día 12

Aducen que hace mejor tiempo y se dispone de más dinero que podría activar el consumo.

Unas fiestas que comiencen a principios de mes y vayan 'in crescendo' hasta el día 12 con la tradicional Ofrenda. Esta es una de las iniciativas que la Federación de Empresarios de Comercios y Servicios de Zaragoza y Provincia (ECOS) propone "para que las fiestas no pierdan su interés en los días que quedan en tierra de nadie entre los dos fines de semana". Aunque tan solo se trata de una idea y no se ha cursado oficialmente al Consistorio, ECOS alega un buen puñado de razones para estudiar este posible cambio.


"En primer lugar, la meteorología acostumbra a ser mejor a comienzos de mes y, en segundo, y más fundamental, existe una mayor capacidad económica a partir del día 1 y eso contribuiría a tirar hacia arriba del consumo", opina José Antonio Pueyo, presidente de ECOS.


En su concepción, las fiestas deberían ir 'in crescendo' hasta alcanzar el momento culmen que sería la Ofrenda del día 12. Así, se acabaría con muchos días semi vacíos, de entre semana, en los que los turistas brillan por su ausencia y los niños regresan al colegio de forma 'interruptus' para volver a librar al fin de semana siguiente.


Pueyo, además, considera que si el programa comenzara a principios de mes habría más dinero disponible en el bolsillo de los zaragozanos y visitantes. "El consumo, después de un mes tan terrible como es septiembre, es muy moderado en octubre y habría que aprovechar sus primeros días para reactivarlo", opina el presidente de ECOS, donde se reconoce que las fiestas tienen mucho peso en la hostelería y la restauración, pero apenas dejan su impronta en el resto del comercio de la ciudad. Igualmente, la federación asegura que todo lo que quede apartado de la zona centro no se beneficia del tirón del Pilar y, aunque aún es pronto para ofrecer datos, intuye un bajón del gasto medio que ya había descendido el año pasado.



Desde los primeros Ayuntamientos democráticos, con las fiestas tal y como las concebimos actualmente, el calendario siempre ha venido marcado por el día del Pilar, abrazando el fin de semana anterior y posterior a tal fecha. El germen de las celebraciones, de hecho, son los actos religiosos (el rosario de la Aurora -ahora de Cristal- y otras celebraciones litúrgicas) que se remontan al siglo XVIII. Para la primera Ofrenda habría que esperar hasta 1958, pero a comienzos del siglo XX el Ayuntamiento no intervenía en la celebración de las fiestas y los cabezudos y fuegos artificiales los costeaban los propios comerciantes.


Este 2010, acaso respaldando la misma idea que ahora sugiere ECOS, comenzaron a celebrarse las fiestas del Tubo, cuyo 'visionario', el hostelero Miguel Ángel Almau, de la cuarta generación de los propietarios de las populares bodegas, también buscaba -al margen de reivindicar su céntrico barrio- "calentar motores en los días previos al Pilar".