DIARIO DE UN REDACTOR

"Casi me cargo a un zagal con un adoquín desviado"

Un redactor de HERALDO pasará todos los pilares vestido de baturro y con 150 euros, pero no en metálico: en adoquines y frutas de Aragón.

Recreación del trágico momento del adoquinazo.
"Casi me cargo a un zagal con un adoquín desviado"
V. M.

Pocas cosas son tan mortíferas como arrojar a mala sangre un adoquín de kilo. Siempre que se tenga buena puntería, no como yo.


00.30 Esta noche no salgo, así no gasto. Una ducha, un colacao, una frutica de Aragón y a dormir. Qué dura es la vida del baturro...


10.35 Buenos días, Zaragoza. Voy a la redacción.


12.30 Asomo la cabeza por una ventana de HERALDO para otear. Veo a dos amigos charlando. Ellos a mí, no.


12.31 Busco un folio en sucio para arrugarlo, lanzárselo y llamar su atención. Soy así de divertido.


12.32 No tengo ningún folio en sucio, pero mi bolsa de adoquines está muy aparente encima de la mesa. Agarro uno de anís y lo tiro sin intención de herir a ninguno de los dos, de verdad.


12.33 El adoquín impacta contra el suelo (aunque por poco le hago una cuquera a uno). Me miran. Sonríen y me piden que les tire más adoquines. Insensatos...


12.34 No satisfago sus deseos pero me acaban comprando un buen puñao de mis dulces.


15.34 Voy a vender más mercancía a la plaza del Pilar que para fruto, los míos.


15.34 De camino, me cruzo con un amigo, que no me ve, en la calle de Alfonso. Le llamo: "¡Óscar, Óscar!".


15.35 Parece que no me escucha. Le vuelvo a llamar: "¡Óscar, Óscar!". Pues no me pienso ir sin saludarlo. Se me ocurre una manera infalible para que me haga caso.


15.36 Meto la mano en la alforja, engancho un adoquín de fresa, cargo el brazo hacia atrás y lo aviento contra mi amigo (o por lo menos hacia él apuntaba).


15.36 Sigo con la mirada la trayectoria del adoquín, que pasa por encima de Óscar, y va a impactar contra un pobre zagal que anda ajeno a su suerte. ¡Catapún! En toda la cabeza, tú. Por suerte no pierde el conocimiento. El tipo se gira con ganas de venganza.


15.37 Me oculto tras una de las papeleras de la Rudi mientras un coche de Policía pasa a mi izquierda. Esto se me ha ido de las manos, pero aquí nadie me ve.


15.38 El pobre zagal no encuentra a su agresor (tendré mala puntería, pero soy un genio del camuflaje).


15.39 No sé dónde esconder la bolsa de adoquines que tengo en la mano y me delata. El chico mira hacia arriba buscando un culpable. Mi amigo Óscar sigue su camino. Al cabo de un rato me descubro y aquí no ha pasado nada... Aunque cuando lea esto...