diario de un redactor

"Me he cargao las alpargatas"

Un redactor de HERALDO pasará las fiestas vestido de baturro y con 150 euros en adoquines y frutas de Aragón.

Adiós a las alpargatas.
"Me he cargao las alpargatas
ESTHER CASAS

No pretendo resultar soez, pero si están desayunando mejor que no lean esto ahora. Es que estuve en Interpeñas y el esparto de mis alpargatas cogió lo mejor de toda la noche: el agua de la lluvia, los restos de cerveza y calimocho, mucho calimocho. Vamos, que si las estrujo puedo llenar con el líquido que salga dos vasos de litro. Huelen..., en fin. Todo empezó después del pregón...


21.37 Llueve. Voy en busca de un autobús que me lleve a Interpeñas saltado los charcos y buscando los porches.


21.39 Capuzo en un charco de la plaza de España. Soy un desastre esquivándolos.


21.42 Suena mi móvil, que llevo en la mano porque todavía no he conseguido una alforja. Es mi madre.


21.43 Me pregunta si ando por ahí con las alpargatas, con la que está cayendo (cómo me conoce la tía). “Que no, mamá, que ya sabía que iba a llover y me he cogido las deportivas por si acaso”, le miento. Soy lo peor, pero es que si no, la mujer se preocupa demasiado... ya verás tú cuando lea esto hoy.


21.45 Capuzo en un charco de la calle Alfonso. Las alpargatas, chipiadas. Empiezo a notar un frescor desagradable en los pies.


21.47 Sigo andando entre la multitud, ¡madre si hay gente por ahí!


21.52 Se me suelta la faja. ¡Buf! lo que me faltaba. Yo no sé cómo podían hacer vida normal con este atuendo. Que el traje no tenga bolsillos, lo paso; que no tenga bragueta, tira; pero lo de la faja y que no se pueda andar por la calle cuando llueve...


22.12 Me subo en un bus que me deja cerca de Interpeñas. ¡Me dan un miedo los zagales borrachos! Como me manchen...


00.12 Me cuelo en Interpeñas, y mira que me dejo ver eh...


00.17 Voy directo al concierto de SKA-P, que está muy ‘animao’.


00.18 Se me suelta la faja. Un amigo me sugiere que me ponga velcro. ¡Pues a lo mejor!


00.23 El primo de mi novia me deposita un litro de calimocho en las alpargatas. Mueren ahogadas.


11.30 Llego al periódico. La noche no acabó bien, tuve que volver a casa chapoteando en esparto. No estoy contento y he tenido que ‘tunear’ el traje. Ahora lo remato con medias grises y deportivas blancas.


12.00 Llama una señora que cree que mi traje no es el adecuado. Y eso que hoy no me ha visto. Pero me va a ver. Dice que viene, a las 19.00. Lo va a flipar.


14.37 Me como un bocata de calamares que pago con los beneficios obtenidos ayer en la venta ilegal.


18.30 Coloco más mercancía. Mis compañeros pican que da gusto. A estas horas hay gazuza. 24 euros en total.


19.00 Llega Carmen, dice ser ‘la Thatcher’ de Tarazona. No puede apartar sus ojos de mis deportivas. No le gustan. Trae alpargatas, pero ninguna de mi número. Se rinde ante el tamaño de mis pies. Pero promete hacerme una alforja para el móvil. Y no me pide adoquines a cambio. La cosa marcha.