LA VOZ DE MI AMO

Para amarlo y sufrirlo

El amante bandido viene con otro disco vacuo, jugando falsamente a moderno.

Al pabellón Príncipe Felipe debiera sacársele mayor partido en las fiestas. Vamos, que estaría bien que llegaran figuras no ya de mayor o menor calidad -que también- sino menos trilladas. Porque al bello Bosé lo tenemos hasta en la sopa. Más de uno estaría encantado en contribuir a darle unas largas vacaciones que llegaran incluso a la jubilación, pero va ser que no: hay indicios de que le veremos sustituyendo a Raphael en la Nochebuena. O sea, pa’rato.


Hoy viene con su ábum ‘Cardio’, y con palpitaciones y arritmias cardiacas andan quienes miran la pobreza del programa de fiestas y quienes buscan en la música pop algo más que cancioncejas comerciales, tonadillas insustanciales, voces mediocres y una estampa de impacto entre las féminas, ‘mainstream’ fatuo, que dicen los sajones. Lo que representa Bosé en el pop español. El amante bandido con formación e inteligencia al que, sin embargo, no le cuadra ese largo encadenado de discos insustanciales que ha entregado desde que Íñigo lo presentara fastuosamente en TVE. Como no le cuadra esa voz tan sonora cuando habla y tan pobre cuando canta. Menos, su cancionero comercial, impropio de un progre de izquierdas.


Así que disfrútenlo esta noche quienes gocen con goñerías musicales como esta y súfranlo en silencio quienes estén hasta la ceja de sus discos, de su omnipresente presencia televisiva y de sus meneitos sensuales para féminas adultas. ‘Cardio’ es un disco, como tantos otros de ‘Papito’, plomazo, mediocre, aburrefarolas, y en el que Bosé juega a hacerse el ‘moderno’ coqueteando con la electrónica de Air y Daft Punk o rapeando, cuando no ensartando estribillos facilones o dándole (voluntariamente) coces al diccionario para epatar (atención, ahora ya no es frivolidad, el diccionario boseniano dice ‘frivolaridad’, ¡y lo canta!).


Ah, otro lugar al que no solo habría que sacarle partido sino no prostituirlo, año tras año, es la plaza del Pilar. Esta noche, otra de las dichosas radiofórmulas nos pone gratis a Efecto Mariposa y Danza Invisible. Podrían ahorrárselo. Y el Ayuntamiento, hacérselo mirar. Que nos va a convertir el salón en letrina.