Cualquiera puede acceder al recinto de la antigua fábrica Giesa-Schindler, en Las Fuentes. Alguien ha hecho un enorme agujero en la valla exterior y, después, ha reventado una de las tapias con las que se sellaron las naves. Ya en el interior, varios fosos de al menos dos metros de profundidad no tienen más protección que la de unos tablones. A la derecha, un enorme graffiti. Por el suelo, latas, restos de colchones y cientos de hojas pisoteadas con documentos de la fábrica, algunos del año 2004.

Pero esto es más de lo mismo. La gota que ha colmado el vaso han sido los dos fuegos que tuvieron que sofocar los Bomberos el pasado verano -uno a principios de julio y otro el 12 de septiembre- y el hecho de que el recinto esté 'tomado' por grupos de chavales que campan a sus anchas por la zona.

"Este verano ha habido grupos de jóvenes y no tan jóvenes que estaban continuamente entrando y saliendo de las naves. A veces, algunos esperaban fuera mientras los que se habían metido hacían lo que fuera", explican María José y César, dos vecinos de la zona. "Lo de los incendios fue el colmo. Es una vergüenza que se consienta este foco de suciedad y vandalismo en plena ciudad", añaden.

Los propios Bomberos aseguran que ya han tenido que actuar en las antiguas naves en varias ocasiones, y advierten de la situación de peligro. "Por los fosos del suelo podría colarse cualquiera, esto no debería estar así o al menos debería sellarse por completo el acceso", añaden.

Otro vecino, Joaquín Planas, también se ha acostumbrado a ver coches que van y vienen, botellas y restos de basura de todo tipo: desde latas de cerveza a televisores o restos de ropa. "En julio recuerdo que hubo un incendio. Veíamos sobre todo humo saliendo por las ventanas y, al poco rato, llegaron los Bomberos", recuerda.

Cinco años sin uso

Este terreno debería estar ya dando una respuesta al barrio. En el año 2005, el antiguo gobierno PSOE-CHA firmó un convenio para sacar la fábrica del barrio de Las Fuentes.

Vallehermoso compró el solar donde estaba la antigua fábrica de ascensores con la intención de promover 334 viviendas libres por una inversión cercana a los 150 millones de euros. El acuerdo incluía la conservación y cesión al Ayuntamiento de una zona declarada de interés arquitectónico, la que se iba a destinar a equipamiento público. Esto se mantiene hoy en día.

De hecho, aún se conserva la hermosa puerta principal (acceso por la calle de San Joaquín) que recuerda que se trata de una edificación de 1942 del arquitecto Miguel Ángel Navarro Pérez.

Pero Vallehermoso vendió el terreno y la caseta del grupo está tan abandonada como el resto del recinto. El Ayuntamiento de Zaragoza no oculta lo difícil que es mantener protegido el lugar si cada cierto tiempo los vándalos arremeten contra él y considera que el mantenimiento del solar debería corresponder a sus nuevos dueños.

¿Una solución para el 2016?

Ahora, una propuesta se ha puesto sobre la mesa, aunque en principio está condicionada a que la ciudad se convierta en Capital Europea de la Cultura en el año 2016. En concreto, la candidatura propone la reconversión del antiguo edificio para poner en marcha un proyecto: La Factoría.

La iniciativa tendría tres líneas: la Ciudad de los Niños (dedicada a la cultura y el ocio infantil); el Centro de Producción de Artes Escénicas y de Calle y otros espacios para el barrio.

Precisamente, en el año 2006 CHA sugirió transformar el edificio en un espacio dedicado al ocio y aprendizaje para la infancia. Aunque el Ayuntamiento reconoce que el equipo de Antonio Gaspar propuso un equipamiento de este tipo, "este nunca fue dotado de plazos ni presupuesto, y después ya no se volvió a valorar esta opción".

La situación es similar a la actual. La idea está sobre el papel, pero todo está condicionado a un triunfo que puede llegar o no.