MALESTAR CON EL AYUNTAMIENTO

La relación de Belloch y los empresarios entra en crisis por la subida de impuestos

Los representantes de la patronal exigen una rectificación y avisan de que el aumento de la presión fiscal puede repercutir en el empleo.

Cartel contra el Ayuntamiento colocado por la Asociación de Empresarios de Plaza
La relación de Belloch y los empresarios entra en crisis por la subida de impuestos
AEPLA

Si algo ha tratado de cultivar el alcalde de Zaragoza, el socialista Juan Alberto Belloch, desde que está en el cargo es su relación con las empresas, especialmente con las grandes. Hoy esa relación ha entrado en crisis. Al unísono, los representantes de las organizaciones empresariales claman contra la fuerte subida de impuestos acordada esta semana por el Ayuntamiento y que puede complicar en 2011 unas cuentas de resultados ya de por sí tocadas por la recesión económica.Los empresarios están asombrados. El Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) para los inmuebles no residenciales con un valor catastral superior a un millón de euros se elevará un 20%. En total, unas 400 empresas y 672 propiedades afectadas y en algunos casos incrementos del recibo superiores a los 20.000 euros. Además, se revisa el callejero fiscal, con el objetivo, sobre todo, de elevar el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) en algunas zonas industriales y comerciales de la periferia. El impacto en euros es menor, pero las subidas llegan en algunos casos al 51,5%.

"La noticia ha generado convulsión", dice el presidente de la Confederación Regional de Empresarios (CREA), Jesús Morte, que carga las tintas especialmente con la subida del IBI. "Un 20% es un porcentaje muy alto para hacerlo en un año. Siempre que sube el IBI se pierde competitividad", afirma Morte, que admite que se ha abierto "un escenario de confrontación" entre los empresarios y el Ayuntamiento. "Hay un malestar generalizado", reconoce.

Aunque el impacto en las pequeñas y medianas empresas es limitado, el presidente de Cepyme, Aurelio López de Hita, tiene claro que iniciativas como la que plantea el Ayuntamiento "pueden ir en detrimento de la estabilidad en el empleo". Apuesta por impulsar medidas de control del gasto y acusa al gobierno municipal de no haber meditado bien su propuesta y "las consecuencias económicas y políticas" que tiene. "Las relaciones con el Ayuntamiento son delicadas, muy difíciles", opina.

José Miguel Sánchez, director general de la Cámara de Comercio, lamenta que Belloch no se hubiera dirigido a las organizaciones empresariales para plantear esta medida. "La situación es difícil, no estamos en nuestro mejor momento. Pero no es por culpa nuestra", afirma.

En los polígonos y zonas comerciales de la periferia, los que más van a sufrir el incremento de los impuestos, las críticas se redoblan. Fuentes de la Asociación Empresarial de Plaza recuerdan que la subida de los tipos impositivos del IBI se suman a una valoración catastral muy alta, "por encima del mercado". "Es una barbaridad, una aberración. Estamos pagando un 30% más de IBI que en Coslada, que es el polígono industrial por excelencia de toda España", dice la entidad. Y advierte de que la medida afectará a la captación de empresas. "Muchas compañías optarán por otras ciudades, nos va a restar competitividad", lamenta.

Salvador Arenere, presidente de la Asociación de Ejecutivos y Directivos de Aragón, además de responsable institucional de Comunicación de Puerto Venecia, lo tiene claro: "En España hay dos problemas: competitividad y empleo. Para resolver el problema hay que generar nueva inversión y para eso es necesario recuperar la confianza. Con esto no se recupera la confianza".

¿Y qué responde el gobierno socialista? El vicealcalde y concejal de Economía, Fernando Gimeno, subraya que el alcance de la subida de impuestos es limitado: no afecta a las pymes y es posible la deducción del Impuesto de Sociedades en un 30%. "La repercusión es mínima y afecta a poca gente. El IBI se sube a 400 de las 66.000 empresas de la ciudad. La subida del IAE supondrá menos de 300 euros para el 70%", afirma. "Entiendo que no les guste la decisión. A nadie le gusta que le suban los impuestos. Pero tenemos dos meses para hablar", concluye.