FIZ

Independentistas de los buenos

Se hacen llamar independientes, pero habría que preguntarse de qué. O de quién, porque la música alternativa concita a la peña. No a peñistas, que esos estaban en Camela, pero sí a mucha otra gente. Quizá no a toda la que debiera, porque en la Multiusos se veían ayer calvas importantes, pero sin duda una minoría selecta. Abrieron fuego los zaragozanos Estige y otros mañicos, Tachenko, les cogieron el relevo. A pesar de lo que dice su último disco demostraron con su música que el humor no es patrimonio exclusivo de los jóvenes. De esos, había pocos. Ni siquiera entre las azafatas a lo 'Crepúsculo' que ofrecían chupitos boca a boca. ¿Pensaría engatusar así a Doherty?

Pero, antes que el dandy etílico, estaba el señor. El grande de la escena. Un "¡Hola!" le sirvió a Tim Robbins para empezar a tocar sus temas entre el country y el blues. Y el hombre le puso voluntad, incluso brindando con el público (literal), llegando a alternar guitarra y armónica. Aunque el respetable, que no por alternativo es menos cotilla, no dejó de rajar acerca de sus pelis. "¿Y no se ha traído a Susan?", preguntó un despistado y/o poco informado.

Mientras, en las escaleras de la entrada había gente que todavía dudaba que Doherty compareciera. Pero lo hizo, a las 23.30, in extremis, llegaba en una furgoneta y entraba al edificio. En el escenario, una bandera británica y una botella de vino le esperaban, y entre la audiencia, hubo gente que empezó a calzarse gorros como los del artista. Al final entró con dos bailarinas, y aún quedaba mucha noche por delante.

Y a pocos metros, ese virtuoso de la guitarra que es Paco de Lucía desplegaba su inconfundible duende por la sala Mozart.