RESTAURACIÓN

El caserón aragonés de San Voto recupera su brillo tras dos años de rehabilitación

Visitas teatralizadas permiten conocer estas fiestas la sede zaragozana de Multicaja, que incluye espacios expositivos y dos auditorios.

Aspecto exterior del nuevo Espacio San Voto.
El caserón aragonés de San Voto recupera su brillo tras dos años de rehabilitación
CARLOS MONCíN

Tras dos años de andamios, mallas de protección y, sobre todo, un minucioso y artesanal trabajo, el hermoso caserón que se levanta entre las plazas de Santa Cruz y de Ariño ha recuperado todo su esplendor. El renacimiento del edificio se evidencia en su imponente fachada, pero también en cada pequeño detalle de sus cerámicas, forjas originales o vetustas maderas que se han conseguido rescatarse.


"El Espacio San Voto está catalogado como Bien de Interés Arquitectónico, con lo que tuvimos que asumir una rehabilitación integral, que nos obligó a separar claramente la parte antigua de la moderna", explica José María Jiménez, director general de Multicaja. "Así, la claraboya del patio de inspiración renacentista delimita la parte histórica del volumen de cristal que se alza por encima, que se ilumina de verde por la noche y constituye la parte más contemporánea", continúa Jiménez, que no se ha perdido ni una de las visitas de obra que se realizaron todos los viernes de los dos últimos años.


El director general cuenta cómo para recuperar la madera original de las techumbres hubo que derribar hasta tres falsos techos o cómo en tiempos se utilizaron a modo de aislante buenas dosis de brea, que han tenido que ser retiradas utilizando decapadores de aire antes de poder lijar la madera. Las cenefas, las barandillas, las piñas de los aleros... La cerámica de cuerda es otra de las joyas del caserón. Las nuevas piezas se han encargado 'ex profeso' a Sevilla porque debía conseguirse un profundo relieve y requieren de tantas cocciones como colores tenga el baldosín. Todo se ha tratado de forma tan pormenorizada que, incluso, se recuperaron trozos de un periódico de 1920 que apareció en uno de los recovecos del techo.


Toda la rehabilitación ha corrido a cargo del equipo de arquitectos de José María Valero y la ha ejecutado Ferrovial.


Tan complejo como su restauración resulta casi relatar la historia de la nueva oficina central zaragozana de Multicaja, que bebe de innumerables fuentes arquitectónicas. El actual edificio es una fusión de tres casas con elementos de tipológicos de los siglos XVII y XVIII, con un patio que evoca la arquitectura renacentista y una parte superior decididamente contemporánea.


A comienzos del siglo pasado, estas mismas estancias albergaron el Patronato Católico de Aprendices, la Asociación de Labradores o, incluso, un sindicato agrario. En los años 20, el edificio se transformó bajo la batuta de Pascual Bravo Sanfeliú.


Actualmente el edificio cuenta con cuatro plantas y un subterráneo, que conserva los arcos de ladrillo prensado original. En total, unos 3.800 metros cuadrados conforman el Espacio San Voto, cuyos atractivos glosará próximamente un libro que narrará la historia y rehabilitación de un edificio etiquetado como 'regionalista de finales del XIX'.


Nueva fisonomía

Las nuevas salas incorporan un salón de actos para 150 personas (muy versátil al poseer una bancada retráctil que se esconde bajo el estrado), distinguidos despachos de gerencia y dirección e, incluso, una terraza por encima de la claraboya, ideal para celebrar cócteles con unas vistas de vértigo.


Aunque parte del personal de Multicaja aún se encuentra en plena mudanza, el remozado palacio comienza a presentarse estas fiestas del Pilar en sociedad. Para hoy, mañana, y los días 15, 16 y 17, se han organizado visitas gratuitas, que 'teatralizan' los actores de Gozarte, invitando al público a realizar un viaje en el túnel del tiempo.