Indignación en las empresas zaragozanas

Las reacciones a la subida de impuestos a las grandes empresas se sucedieron ayer por segundo día consecutivo. Si el martes fueron la Confederación de Empresarios de Zaragoza (CEZ), la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa Aragonesa (Cepyme) y la Cámara de Comercio los que censuraron la medida, ayer se sumaron más voces críticas del mundo empresarial.

Jorge Villarroya, presidente de la Asociación de Empresa Familiar de Aragón, apuntó que "todo lo que sea subida de impuestos va en contra de la competitividad", y que "la gran subida que se ha anunciado va a representar un mazazo y la puntilla para algunas empresas que ya estaban en una situación difícil". Villarroya hizo estas declaraciones en un acto en la Universidad de Zaragoza en el que también estuvo presente Ramón Alejandro Balet, consejero delegado de Saica, quien mostró su malestar: "No quiero que me regalen nada, pero sí al menos estar en igualdad de condiciones con el resto de competidores".

También respecto a la subida del IBI y el IAE se pronunció ayer el presidente de la CAI, Juan María Pemán, que considera que la propuesta del equipo de gobierno del Ayuntamiento incidirá "negativamente" en el atractivo de Zaragoza como sede de localización empresarial. Su impresión es que "las arcas municipales están como están" y que han de sanearse, y apuntó que "incidir sobre las empresas tiene menos coste político en términos electorales, pero no será favorable para la economía".

La Asociación Empresarial de Plaza, por su parte, también criticó la medida, convocada ayer en reunión urgente. En un comunicado, dijo que es "uno de los polígonos industriales más caros de España", pese a que no dispone, según mantene, "de los mínimos servicios de titularidad municipal". Amenazó con seguir con "reivindicaciones y movilizaciones" en caso de que el proyecto continúe.