LAS RIBERAS DEL EBRO EN ZARAGOZA

Luces y sombras en el legado de la Expo

El éxito ciudadano de estos nuevos espacios convive con el vandalismo y con el intento de reflotar el recinto Expo. El parque del Agua celebró ayer una fiesta de fin de verano en la que la gratuidad de sus actividades fue más que relativa

Luces y sombras en el legado de la Expo
Luces y sombras en el legado de la Expo

Parece que no nos acordemos de cómo estaba esto hace solo tres años. Aquí solo se venía en caso de necesidad, para cruzar el río y seguir de largo". El testimonio de María Antonia González, que ayer caminaba por el paseo de Echegaray y Caballero, refleja el sentir de muchos zaragozanos. El éxito ciudadano de las riberas es indudable. Miles de personas las recorren a pie o en bici, en días laborables o festivos, por ocio o por necesidad. El esplendor de estos espacios convive en la resaca de la post-Expo con el vandalismo que persiste en la zona y con los intentos por reflotar el recinto que acogió la muestra: sus edificios emblemáticos siguen varados junto al Ebro, mientras que el Parque Empresarial se ha topado de lleno con la crisis y se encamina a ser un centro administrativo y judicial.

La opinión generalizada es que las riberas han sido el gran legado de la Expo. Los quioscos y terrazas que las salpican tienen actividad, los carriles bici animan a muchas familias a recorrerlas sobre dos ruedas y, con el buen tiempo, sus aceras son un ir y venir. Los urbanistas valoran la aportación de estos espacios más allá de lo estético: "En la ciudad las calles están encajonadas entre edificios. Las riberas han supuesto una apertura de espacios en la estructura de muchos barrios, dan una gran amplitud y dejan paseos muy abiertos", señalan los expertos.

Alberto Ipas, gerente de la sociedad Zaragoza Desarrollo Expo, encargada de gestionar esta herencia de la Expo, resalta que "la gente mayor de Zaragoza dice que nunca se ha visto un río tan bonito y utilizado en la ciudad". Miguel Ipas, de la plataforma en Defensa del Legado de la Expo, asiente con que "a veces se nos olvida lo importantes que han sido estos cambios".

Pero como toda cara tiene una cruz y las luces, sus sombras, las riberas se han convertido en el lugar en el que los vándalos han puesto su punto de mira. Hay puntos concretos en los que los actos son reincidentes, como el frente fluvial o la pasarela del Voluntariado. De hecho, el Ayuntamiento ha tenido que optar por mover el 'Manierismo Rococó' de Dan Graham, una intervención artística cuyas cristaleras fueron rotas varias veces. Se sacó del frente fluvial y, aunque se dijo que se iba a instalar en el paseo de Echegaray y Caballero, detrás de la Casa Consistorial, todavía no se ha colocado.

En la trasera del frente fluvial, los trabajos de reconversión de los pabellones siguen su curso, y las lamas de colores que las recubren ya son visibles en buena parte del recinto. Sin embargo, las ventas de espacios siguen congeladas en el 8%. Solo el traslado de los juzgados y de varias sedes administrativas de la DGA, además de varios negocios de ocio, darán vida al recinto a partir del año que viene.

A escasos cien metros, en el parque del Agua, el recinto también es un éxito de público, sobre todo los fines de semana. Ayer y hoy el Ayuntamiento vendió que se iban a promocionar algunas actividades de manera gratuita. Sin embargo, esa gratuidad fue muy relativa, ya que para alquilar las barcas y los cisnes antes había que pedir una consumición en las playas -el embarcadero abrió como bar, pero no dio servicio-.